jueves, 29 de abril de 2021

Ya es tiempo de preparar el festejo de los 500 años de Aculco

Según el único documento conocido que proporciona una fecha precisa de fundación de Aculco, este pueblo cumplirá 500 años de existir el 30 de septiembre de 2022. A exactamente un año y cinco meses de distancia de ese día, quizá es momento ya de que pensar cómo celebrar esa fecha tan significativa, que puede servir además como pretexto para reactivar con fuerza la actividad turística tras la pandemia (si es que para entonces ya ha pasado).

La fecha de fundación de Aculco -debemos dejarlo bien claro aquí- es tema todavía debatible. En el texto "Diez mitos e imprecisiones de la historia de Aculco", expliqué por qué los años que más se han mencionado para este hecho, los de 1110 y 1540, son descartables pues corresponden a sucesos distintos a su fundación. El documento más antiguo conocido en el que se habla de nuestro pueblo es el acta de fundación de Acámbaro, Guanajuato, del 19 de septiembre de 1526, en la que aparece mencionado don Pablo Fabián de León, cacique de San Jerónimo Aculco. Eso nos indica solamente que para ese año ya existía el pueblo. Ahora bien, el documento conocido como Relación de méritos de un capitán de guerra otomí, datado en el siglo XVIII pero conocido sólo por una transcripción del XIX, es el que afirma que el 30 de septiembre de 1522 se fundó Aculco, tras una batalla de los otomíes aliados de los conquistadores españoles contra los chichimecas. El texto habla sobre don Juan de la Cruz Zamora, fundador del pueblo de San Juan Bautista Scidoo (cerca de Salamanca, Guanajuato), y explica que él

ayudó a conquistar la frontera sur […] la ganamos habiendo quinientos sesenta y dos mil chichimecas y murieron ciento veintidos mil los demás se dieron de paz y este pueblo se llama San Gerónimo Aculco y fue en el año de mil quinientos veintidos años, día de San Gerónimo. (1)

Evidentemente la cifra de combatientes es exagerada, pero el texto puede contener algunos fundamentos de verdad conservados por tradición oral –por ejemplo, su calidad de pueblo fronterizo en aquellos años, o la colaboración de los otomíes en el proceso de conquista del Bajío–, tal como sucede con otros documentos similares que describen las hazañas de los caciques otomíes en los primeros tiempos de la colonización española. Y con esos fundamentos, quizá, la auténtica fecha de fundación de Aculco.

Sin dar por concluida esta cuestión -pues en el estudio de la historia es habitual que vayan surgiendo nuevos documentos que esclarecen el conocimiento que se tiene de los asuntos- opino que podemos aceptar de manera simbólica esa fecha y celebrarla. Muchas otras poblaciones en México y en el mundo tienen fechas de fundación todavía más inciertas que la de Aculco y a pesar de ello festejan la que consideran más probable. Es, ni más ni menos, el caso de la Ciudad de México, que este año 2021 ha decidido conmemorar los 700 años de su fundación.

¿Y cómo festejar estos 500 años de Aculco? La verdad es que se puede celebrar desde muchas vertientes: desde lo turístico hasta lo religioso, pasando por lo artístico y cultural. Creo yo que sería un magnífico momento para buscar el apoyo de otros niveles de gobierno, más allá del municipal, para abordar el mejoramiento de la imagen urbana que, siendo el principal atractivo de Aculco, se ha ido deteriorando seriamente con los años y ya merece atención. También, para obtener apoyo para solucionar otros problemas que el crecimiento y el turismo han traído consigo, como el tránsito y el estacionamiento de automóviles por el centro, para conseguir una plaza más despejada y atractiva para los visitantes. Sería un buen momento también para publicar una historia de Aculco actualizada. O para promover otras mejoras que considero necesarias, detalladas en el texto "Consejos que nadie pidió" que escribí hace dos años y que continúa vigente.

En fin, es precisamente ahora el momento de pensar qué hacer. Ojalá no dejemos pasar de largo esta fecha tan importante.

 

NOTAS

(1) Crespo, Ana María y Beatriz Cervantes, “Jilotepec en los mitos de Bajío”, en Dimensión Antropológica, vols. 9-10, enero-agosto, 1997, pp. 115-127. Disponible en: http://www.dimensionantropologica.inah.gob.mx/?p=1410

domingo, 25 de abril de 2021

San Marcos

Entre las pinturas que alberga la capilla de la antigua hacienda de Cofradía se encuentra la que aquí les muestro, con la imagen de san Marcos evangelista. Se trata de una pintura del siglo XVIII, de pequeñas dimensiones (no más de 70 centímetros de altura) y de carácter popular (es decir, realizado por un pintor sin preparación académica). Su estado de conservación es regular tirando a malo, con algunas roturas del lienzo, una notoria pérdida de capa pictórica y muchas capas de suciedad acumuladas que opacan sus colores. Todo esto, sin embargo, no le resta interés al cuadrito, que amí me parece hermosa e interesante.

El cuadro muestra a san Marcos como un hombre maduro, barbado, con facciones regulares y serenas y el cabello ondulado. Una aureola dorada circular de la que parten rayos rectos y flamígeros alternados rodea su cabeza. Se le muestra sentado, con un manto rojo que cuelga del hombro y se extiende en su regazo, vistiendo una túnica verde adornada con dorados en forma de hojas de acanto que evocan el estofado* de las imágenes escultóricas barrocas. Sostiene un libro y una pluma de ave, atributos de su labor como autor del segundo Evangelio.

La figura de san Marcos se halla al aire libre. El paisaje se limita a una loma azulosa que asoma al fondo y un arbusto a sus espaldas. Frente al santo, un león echado que es su símbolo más característico vuelve el rostro, con facciones casi humanas. De las fauces del león cuelga por medio de una cuerda lo que parece ser una calabaza o cantimplora de peregrino, atributo que no suele aperecer en las imágenes de este santo. Quizá se refiere a sus viajes apostólicos por el Mediterráneo. En todo caso es uno de los misterios de esta obra.

Esta pintura no parece tener firma. Su marco es moderno y bastante burdo, la línea con medias lunas que lo adorna y el título "San Marcos", descentrado, no hacen sino subrayar su pobreza. Se halla colgada en un muro de la nave de la capilla, del lado del Evangelio y cerca de la entrada. Aunque no se puede descartar que perteneciera a la hacienda de Cofradía desde tiempos antiguos, lo más probable es que haya sido llevada ahí en la época en que se construyó el templo, es decir, a mediados del siglo XX.

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*Estofado: Se trata de una técnica ornamental en que cierta parte de una escultura era cubierta con oro de hoja, sobre la que se aplicaban otros colores. Luego, se raspaba ligeramente esa capa pictórica formando figuras para descubrir el dorado subyacente.