


El número 13 de la Plaza de la Constitución, con fachada principal que mira hacia el Sur, se encuentra una casa sin mayor mérito arquitectónico que el ser en su forma y materiales una típica casa aculquense. Es una casa pequeña, modesta, cuya importancia reside en ser parte original, auténtica, del tejido urbano del pueblo. Vista en su fachada principal, esta casa aparenta un buen estado de conservación; sin embargo, su deterioro interior es alarmante.
Este inmueble formaba parte antiguamente de la casa vecina hacia el poniente, hasta que sus dueñas originales a fines del siglo XIX -unas señoritas Martínez- lo vendieron todavía íntegro a don Cirino María Arciniega Basurto y éste, casi enseguida, efectuó la subdivisión. La parte menor correspondió precisamente a la casa que intentamos reseñar, y quedó al principio en manos del suegro de don Cirino, don Cayetano Basurto. De sus hijas pasó a manos de don Evodio Ángeles Morales, en cuya descendencia se conserva hasta el día de hoy.
En su fachada, esta casa conserva el acceso principal que correspondía a la propiedad íntegra, con marco de cantera rosa muy sencillo. A su lado se abre la puerta de una pequeña accesoria y entre ambos vanos existió un pequeño poyo. La segunda planta es, casi con seguridad, un aditamento posterior a la subdivisión de la que hemos hablado. En ella se abría un par de balcones a los que en la remodelación del pueblo en 1974 se les agregaron sendos repisones de cantera. También en esos años se encaló la fachada, que hasta entonces mostraba un diseño de sillares cuadrados (o mosaicos) simulados con pintura, en colores rosáceos.
Hacia los años de 1940, don Evodio Ángeles anexó a esta casa una propiedad con la que colindaba en su parte posterior, hacia el norte, con fachada hacia la calle de Corregidora. Años después instaló en este inmueble un hotel y para ello realizó en su interior obras muy variadas: construcción de habitaciones (incluso una que ocupó casi todo el patio principal), construcción de corredores apoyados en columnas de mampostería, etcétera.

En los años que siguieron -décadas de 1960, 1970, 1980 (años en los que estuvo a punto de ser consumida en un incendio) e incluso 1990- la casa estuvo prácticamente en el abandono, por lo que se fue deterionado notoriamente. Se perdieron los pisos de tablones de madera de la planta alta, las puertas del mismo material de los balcones de su fachada, y las terrazas porticadas que forman hermoso escalonamiento hacia el norte perdieron algunas de sus vigas y tejados. Sólo en los últimos años la casa volvió a ser ocupada y se instaló en ella una oficina de Telecomm, lo que en realidad no ha significado la reversión de aquel deterioro.



Poco más habría que agregar a este post, excepto porque a fines del año de 2007, como parte del programa "Pueblos con encanto del Bicentenario" que más mal que bien ha hecho en Aculco, se decidió (con el prejuicio de que una plaza mexicana debe estar totalmente porticada) que a este costado de la Plaza de la Constitución le "faltaba" su portal y se lo construyó. Para ello, la fachada de la casa de don Evodio Ángeles fue alterada, pues sus balcones se encontraban a un nivel incompatible con el nuevo portal y se les tuvo que reconstruir a mayor altura.


ACTUALIZACIÓN: 23 de mayo de 2011
Inopinadamente, un video del proyecto Ruta 711, que promueve lugares turísticos de todo el Estado de México, nos proporciona, además de bellas imágenes de Aculco, una serie de vistas de la casa de la que hemos hablado en este post, en las que queda de manifiesto su marchita belleza y su imparable ruina.
Para ver el video completo, oprima aquí.