martes, 17 de marzo de 2009

El Jacal de Ñadó, hacia la ruina

A poco menos de dos kilómetros de la casa grande de la hacienda de Ñadó y a orillas de la Carretera Panamericana, se levanta una importante edificación conocida como el “Jacal de Ñadó” o "El Gavillero". Esta construcción, que fue utilizada como almacén del carbón producido en el cerro de Ñadó, se levantó entre los años de 1912 y 1915, según muestran los Libros Diarios de Contabilidad de la hacienda, que detallan hasta el número de piedras, ladrillos y tejas empleados en ella. Tan sólo en el año de 1914 se gastaron $5,144.90 pesos en este edificio.

Fachada del Jacal de Ñadó hacia el noroeste. Desde el exterior se puede advertir su disposición en tres naves, la central de mayor altura. Su limpia sillería de piedra blanca y el óculo que ilumina su interior subrayan su apariencia vagamente románica.

Fachada suroeste del Jacal de Ñadó. Nótense los grandes guardacantonces en el acceso del muro perimetral, el portal destechado, la portada tapiada y los grandes hoyos en su tejado.

En esencia se trata de una gran troje de rústicos sillares de piedra blanca que ocupa una superficie de 800m2 y que en el terreno adjunto (cercano a las dos hectáreas) incluía anexos tales como despacho, bodegas, era, corrales y hasta una pequeña plaza de toros con su palco, todo rodeado por una barda también de sillería. El cuerpo principal es una construcción de tres naves, sostenida por pilares. Dos sencillas portadas laterales se abren al exterior y una ventana circular remata la cabecera de la nave central, reforzada con un par de contrafuertes. Su techumbre de dos aguas es de teja, apoyada antiguamente en una estructura de antiguas viguetas de fierro sujetas con remaches y tornillos que soportaban morillos y cintas de madera. Los pisos son casi todos de ladrillo, pero en una parte se observan todavía grandes losas de piedra.

Interior del Jacal. Los grandes pilares de sillería de unos ocho metros de altura que dividen las naves se apoyan en basas de piedra maciza (al parecer, recinto). Obsérvese al fondo la portada con cerramiento curvo tapiada con sillares del propio edificio.

A consecuencia del fraccionamiento de la hacienda de Ñadó, el Jacal pasó a otras manos pero se mantuvo en mediano estado de conservación hasta hace unos veinte años. Pero ahora, en 2009, el Jacal prácticamente se está derrumbando por el abandono.

Otra vista del interior.

En una de sus pintarrajeadas bardas ha aparecido un letrero que indica que está en venta, ojalá que su nuevo propietario se decida a recuperar el edificio y no a derrumbarlo por viejo o a modificarlo sin atender a su valor histórico y arquitectónico, como ocurre en tantas ocasiones.

Vista satelital del Jacal de Ñadó. Esta imagen permite conocer la distribución de los principales anexos de la troje y apreciar el deterioro de sus cubiertas.

ACTUALIZACIÓN, 27 de febrero de 2012.

El jacal de Ñadó, ya completamente destejado y en venta. No resulta alentador que al anunciarlo se le califique como "ruinas": significa que ya llegó cerca de donde iba, como señalábamos hace tres años.

ACTUALIZACIÓN, 28 de diciembre de 2013.

Este es el aspecto actual del Jacal de Ñadó, destechado para vender la teja y con los muros de sillería que lo rodeaban dilapidados para venderse también como piedra de construcción. Así es como conserva este pueblo "sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO" sus construcciones históricas.