Como se aprecia en la primera foto, el pozo no había recibido ninguna clase de mantenimiento en varias décadas. Las junturas de las piedras estaban desgastadas, su cubierta se había convertido en un conjunto de pedazos informes y habína caído varias piezas de su cornisa de ladrillo, lo que le daba en conjunto un aspecto desvencijado.

El pozo, hace unos años.
Después de una sencilla restauración en la que se utilizaron materiales tradicionales y se respetaron las huellas no destructivas del paso del tiempo, este es su aspecto actual:

El pozo ha sido, de esta manera, puesto en valor siguiendo su traza original, respetando su historia e impidiendo que continuara el deterioro. La inversión fue mínima y el resultado sorprendente.
ACTUALIZACIÓN, 18 de enero de 2012:
Sólo para complementar esta entrada, una fotografía del tiro de este pozo. Nótense los escalones horadados en el muro y la roca, que permitían descender para limpiarlo.
