lunes, 14 de septiembre de 2020

La hacienda de Arroyozarco en 1882

A principios del año de 1882, el periódico capitalino El Telégrafo publicó una serie de tres artículos acerca de la hacienda de Arroyozarco, su situación, recursos y producciones, firmado por "V, Ramírez". Si bien la información que proporciona el texto es de gran interés, éste no es obra de una gran pluma: la redacción es mediocre y enredada, la puntuación mala, y hasta sus metáforas (como la de unos "cimientos que caminan") resultan deplorables. Se intuye que se trata de un texto escrito por encargo, seguramente a petición de los dueños de la hacienda, por algún periodista de medio pelo, con el fin de promover sus productos, especialmente los casimires que salían de los telares de su fábrica, que en vivía entonces su mejor época.

Estos artículos aparecieron en los números 214 a 216 de El Telégrafo, los días 26, 27 y 28 de enero de 1882. Aquí los copio sin interrupciones, como un texto continuo:

La Hacienda de Arroyozarco

En la era de paz porque hoy cruzamos no faltan, como es natural, ciudadanos activos y emprendedores que den grande impulso a la industria y por medio del trabajo derramen el bienestar een las clases proletarias. Entre estos ciudadanos tan útiles a su patria y a sus semejantes, podemos contar con justicia al Sr. Macario Pérez, quien con asiduo empeño dirije desde hace tiempo la conocida iglesia de Arroyozarco, habiéndola convertido en un filón de oro.

Conocida es la hacienda de Arroyozarco de la mayor parte de los habitantes de la República pues que, aun hace doce años, era el paraje de las diligencias que de esta capital salían hacia el interior, y situada en esa importante carretera era el paso preciso para los viajeros que venían o iban al centro de la República o a la frontera. Con este motivo, también ocupa un lugar en la historia patria pues que en su recinto ha habido imporatntes conferencias políticas y viajeros ilustres han hecho de ella mención al encontrarla a su paso llena de recursos históricos y demostrando la importancia de su riqueza, elementos agrícolas y abundancia de agua.

Desde el año de setenta dejaron de pernoctar allí las diligencias, y el tránsito para el interior se dividió por aquel camino y el de Tula.

Esto podría haber hecho decaer a la hacienda, pues que el tráfico de las diligencias, carros y pasajeros le producía importantes sumas, fue reemplazado por otras mejoras para lo que tanto se presta aquella finca, y sobre todo por el establecimiento de una fábrica de tejidos de lana donde actualmente se fabrican los mejores casimires del país habiendo logrado competir con los extranjeros en clase y dibujo y aventajándolos en duración.

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Tiene la hacienda de Arroyozarco poderosos elementos de riqueza siendo en la actualidad los principales y que se explotan y son manantiales de dinero, los siguientes: -El agua. -El monte. -Y la fábrica.

Anexa a la hacienda de Arroyozarco y formando de ella una parte integrante, está la hacienda de Huapango, a quien ha dado nombre una presa que allí existe. Esta presa mide en su longitud siete leguas de agua estrechándose y ampliándose en su latitud según los accidentes del terreno, pero en su mayor parte tendrá media legua.

La cortina de esta presa medirá como cien varas de largo y en su mayor altura doce y en esa proporcional pequeñez puede contener la gran cantidad de agua que contiene debido a lo bien situada que está entre la principal cañada de un largo llano limitado por un círculo de cerros de donde en las lluvias descienden las aguas que la surten teniendo permanentes las confluencias de siete importantes manantiales que la abastecen y otros varios pequeños que también le dan sus aguas, siendo los principales los conocidos con los nombres de Bucio, Lavanderas y Huapango.

A la altura a que está colocada la presa baña todos los terrenos de la hacienda, y una de las zanjas para riego forma una preciosa y poética cascada en la estancia de San Francisco, cayendo a un arroyo para venir de nuevo a la zanja y servir para parte del riego y movimiento de la fábrica y formando con sus desperdicios lo que es el río de San Juan y que pasa a la orilla de la ciudad de este nombre.

Esta presa, que como he dicho, baña todos los terrenos de la hacienda, riega los ranchos y hacienditas del municipio de Polotitlán, Aculco, algunas del de Nopala, pudiendo regar todas éstas y las de Huichapan, cuyas cosechas, en estas últimas, serían muy productivas si comprasen esta agua.

La hacienda de Arroyizarco tiene una gran renta con la venta de su agua para riegos, sin más gasto que el desenzolve de las zanjas, y cuya renta de día en día aumenta el activo del Sr. Pérez, construyendo obras y zanjas para riego.

La abundancia de agua de esta hacienda es prodigiosa, siendo de notar su limpieza debido a que es en gran parte de manantiales, habiendo sin duda tomado por esta razón la finca el nombre de Arroyozarco.

La laguna de Huapango se extiende en su longitud hasta lamer con sus ondas la base de una loma donde está situado el pueblo de San Andrés Timilpa.

Hay en las aguas de esta laguna un botecito de vapor, una gran canoa de veinticinco varas de largo por tres de ancho, un bote de vela y varias canoas muy útiles para ciertas operaciones de tráfico de la hacienda y que facilitarán el transporte de maderas de los montes que rodean la laguna para la hacienda cuando empiece su explotación.

Tanto la abundancia de agua como los accidentes de aquel terreno se presentan de una manera muy ventajosa para establecer en ellos fábricas, teniendo por motor el agua, lo cual es una importante eocnomía por no erogar los cuantiosos gastos de combustible que necesita el vapor.

Los montes de la hacienda de Arroyozarco, cuidadosamente conservados, están asegurando una positiva riqueza al tener lugar su explotación, lo cual debe empezar en ests días en que los caminos de fierro necesitan grandes cantidades de durmientes y las locomotoras de leña para combustible.

La altura que guarda la hacienda de Arroyzarco sobre el nivel del mar, es una de las primeras de la república, motivo por el cual su clima es frío y la vegetación de sus montes gigantesca y exuberante.

Diversas clases de encinos, desde el duro roble hasta el encino blanco, todos corpulentos y gigantescos pinos son los que en compacta asimilación, pueblan aquellos bosques, haciéndose verdaderamente impenetrables en la aglomeración de sus árboles los rayos del sol de medio día.

Los montes más ricos en madera de esta finca, son los conocidos con el nombre de Bucio, Madó y Huapango, teniendo otros de menos importancia como San Juanico y la Cañada Oscura.

Bien pueden sacarse de los montes referidos doscientos mil durmientes, sin que queden destruidos ni se talen de una manera notable, aprovechando los desperdicios naturales de la labrada de los durmientes como leña para combustible de las máquinas.

En nuestro humilde concepto, creemos que ningunos montes como los de Arroyozarco oueden surtir de durimientes y leña a las empresas ferrocarrileras, pudiendo hacer con ella ventajosas contratas, pues los elementos con que cuenta que son, varios motores de vapor para aserrar maderas y trenes de carros con que hacer el transporte , y sobre todo brazos y dinero con que hacer la explotación, garantizan a las empresas, que con ella contraten, del cumplimiento de sus obligaciones.

Pocos días hace que la Compañía del Ferrocarril Central, hacía presente por medio de un informe de sus representantes, que sus trabajos caminaban con menos actividad de la que debían tener por falta de durmientes, pues aún cuando habían verificado varias contratas, no daban a ellas cumplimiento.

Nosotros creemos que si la mencionada empresa tuviera ofertas más aceptables para pago de durmientes, éstos non escasearían asegurándole desde luego en la hacienda de Arroyozarco un buen abasto.

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Por lo que hemos dejado asentado comprenderán nuestros lectores la importancia de la propiedad agrícola y natural de nuestro país pues que, solo en esta finca se encuentran tan cuantiosos elementos y los más que ligeramente vamos a enumerar, dejando para cuando tratemos de la agricultura práctica en nuestro país, en otra serie de artículos, los elementos con que en este sentido cuenta Arroyozarco, así como la cría de todos sus ganados, siendo notable el lanar, sus grandes plantíos de magueyes y las clases de siembras que allí se pueden emprender con brilante éxito; ocupándonos sólo por ahora de la fábrica de tejidos que tan justo renombre ha adquirido a pesar del poco tiempo que tiene de estar establecida.

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En los años de mil ochocientos sesenta a sesenta y dos, siendo propietarios de la hacienda de Arroyozarco los ricos capitalistas don Joaquín y don Manuel de Rosa [sic pro Rozas], se construyó esa fábrica que hoy es un modelo de la industria de nuestro país.

A un cuarto de legua hacia el poniente de la finca de Arroyozarco y la falda de una loma de pequeña elevación, se alza en robustas paredes de cal y canto y ayudada también por los tajos de la loma, la fábrica en la que hoy se solaza nuestra industria y que con justicia se le acaba dar el nombre de "Fábrica del Progreso".

La finca material de esta fábrica es de una solidez notable y se encuentra dotada de todas las comodidades apetecibles para tener las diversas oficinas que la componen, pues sus amplios salones de cardas, mulas, telares, depósito, lavadero y tintorería están perfectamente situados y tienen la amplitud y condiciones que se pueden apetecer siendo muy notable y de suma importancia el taller de mecánica donde se montan los aparatos, las máquinas, y se perfeccionas las piezas que las componen y vienen de Inglaterra, Francia y los Estados Unidos.

La fábrica tiene seis mulas de catorce metros cada una, quince cardas inglesas y americanas, seis grandes telares automáticos, varios de mano, lavaderos y acaladuría, y talleres de tornería y herrería.

Toda la maquinaria de la fábrica, así como las seis piedras que tiene el molino de harina que tiene allí unido, reciben movimiento de una turbina donde cae un grueso de agua de veinticuatro pulgadas de diámetro.

La fábrica elabora casimires, franelas y cobertores.

Los casimires son de varias clases, siendo admirablemente trabajados los de primera clase, cuyos dibujos, clase, vista y duracion supera a los casimires extranjeros.

Los casimires de tercera clase que son los corrientes y que usan nuestros artesanos, están perfeccionados de tal manera que imitan perfectamente a los casimires ingleses y en más de un aparador de las tiendas de esta capital los he visto pasar como tales a los ojos del público.

Desde el año de 1862 en que empezaron los trabajos de esta fábrica a la fecha, algunas ocasiones se han suspendido con motivo de la revolución, habiendo entrado en un trabajo no interrumpido hace diez años.

El dia primero del actual tuvo lugar en Arroyozarco una fiesta con motivo del perfeccionamiento de varias obras de la fábrica: de esta fiesta, nuestro estimable colega "El Hijo del Trabajo" ha hecho una minuciosa reseña y de la cual tomo aquí una pequeña parte que da ligera idea de la importancia de aquella finca y la fiesta.

"Después se organizó una gran comitiva agrícola-industrial, compuesta de todos los operarios de la fábrica, presididos por el propietario Sr. Pérez, yendo a su lado los maestros de los respectivos departamentos, sirviéndoles de descubierta la música; seguían después veinticinco carretas tiradas por bueyes, adornados con lazos de colores, pañuelos y enradamada; cien yuntas, cincuenta negras y cincuenta amarillas, también adornadas vistosamente; los tlacualeros con sus canastas y jarros a la espalda; la cuadrilla de trabajadores del monte, conduciendo unos pequeños durmientes adornados con lazos de colores; los albañiles con sus cubos y herramientas adornadas, y por último los mayordomos, picadores o quebrantadores y mozos de estribo, todos vestidos lujosamente y montados en magníficos caballos con excelentes sillas.

"A esta vistosa procesión seguían los carros de transporte, yendo en uno de ellos el bote marino, que sirve al propietario de la finca para sus paseos a la laguna de la hacienda de Huapango, finca que mide siete leguas de longitud por tres de latitud, con su correspondiente capitán y seis marinos con remos sirviendo de escolta; las acémilas, parte del ganado de pelo y lana y, en una palabra, todo lo que constituye una finca de campo".

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Los trabajos de la fábrica y hacienda de Arroyozarco dan vida al vecino pueblo de Aculco y algunos otros pueblos de indígenas que la rodean, pues en esta finca encuentran perennemente trabajo con buen pago de jornal.

La hacienda tiene sobre ochocientos ranchos que arrienda cobrando a razón de diez pesos por fanega de siembra de temporal y, y veinte de riego.

Las cosechas de trigo son ahí abundantes, haciéndose la siega por medio de brazos y de máquinas; teniendo tres trilladoras con motores de vapor de las afamadas fábricas de Ruston, Proctor &. Ca. y de Ramson, Sines &. Head.

Esta hacienda modelo, es a no dudarlo una de las primeras de la República, y bajo la sombra de la paz y de la buena dirección del Sr. D. Macario Pérez, llegará a su perfecto engrandecimiento dando a la vez que recursos y bienestar por medio del trabajo a las clases proletarias, honra y prez a la nación, que tiene en su seno estable, cimientos que caminan a la altura de nuestros siglos y que ofrecen la prosperidad por el más grato y sublime de los medios que es LA INDUSTRIA Y EL TRABAJO.

V. Ramírez

Enero 27, 82.