lunes, 25 de septiembre de 2017

El terremoto del 19 de noviembre de 1912 en Aculco.

En estos días de terremotos vale la pena recordar que hace 105 años nuestro pueblo sufrió los efectos de un fuerte movimiento sísmico muy cercano y superficial,características que provocaron grandes daños en muchos puntos de la región. Si bien en Aculco no se observaron los efectos catastróficos que tuvo por ejemplo en Acambay (que quedó prácticamente destruido), Timilpan y Temascalcingo, fue suficiente para que la gente durmiera por varios días en la calle, que algunas casas perdieran su planta alta, se agrietara la bóveda de la parroquia y casi colapsara el último cuerpo del campanario. Incluso se llegó a considerar el derrumbe de la cúpula del templo y las reparaciones sólo se pudieron concluir dos años más tarde.

El terremoto del 19 de noviembre de 1912 fue un fenómeno tan significativo que mereció uno de los grandes estudios geológicos de la época, la obra La zona megaséismica Acambay-Tixmadeje, estado de México, de Urbina y Camacho, publicada como volumen 32 del Boletin del Instituto Geológico de México en 1913. De ahí extraigo estos párrafos (páginas 6, 74 y 75) que se refieren específicamente a Aculco:

En poblaciones como Aculco y Chapa de Mota, situadas a 21 km. al N. la primera y la segunda a 34 km. al ESE. de la zona megaséismica, durmían aún al aire libre cuando llegó la Comisión, veinte días después de pasado el primer choque.

[...]

Aculco. — Situado como a 21 kilómetros al N. de Acambay. Las descripciones que los testigos hacen del movimiento séismico son un poco más interesantes que las que hicieron del mismo en Temascalcingo y Timilpan. El resumen de ellas es el siguiente: sintieron un "jalón" hacia el S. E., seguido e otro al N.W., la tierra pareció aquietarse por un momento, después sintieron como pasos fuertes dados en los techos de las habitaciones y por último un vaivén. En el campo, según el dicho de un testigo, fueron visibles las ondas superficiales y haciendo que nuestro informante se colocara en la misma dirección en que lo sorprendió el fenómeno y el sentido en que pudo apreciar la propagación de las ondas, resultó la dirección: S. 85° E. En el pueblo y en los campos vecinos se escuchó un ruido semejante al del trueno de una tempestad lejana. La duración del movimiento fué muy corta. El estado de las construcciones no es propiamente ruinoso, no tuvimos a la vista el aspecto de desastre que revelan Temascalcingo y Timilpan, las destrucciones en Aculco fueron de menor importancia que en Chapa de Mota. En Aculco las construcciones son muy antiguas y algunas de dos pisos (1) teniendo en cuenta esta circunstancia puede deducirse que la intensidad del fenómeno pertenece probablemente al grado VI de la Escala de Cancani.

Citaremos un hecho que demuestra la poca intensidad del fenómeno en este lugar: existe una barda aislada de 4m.50 de altura y de 50 metros de longitud, construida de piedra (basalto) y tepetate que está orientada de N. a S. fué construida el 18 de Marzo de 1699. El cimiento de esta barda está a flor de tierra sobre las tobas, nada sufrió con el movimiento séismico. En cuanto a la inferencia que podamos hacer respecto a la dirección del choque más intenso, hay dificultad, en vista de que tantas observaciones se presentaron favoreciendo la dirección N.-S. (altos de la Presidencia Municipal) como la E.W. (Escuela de Niños.) Las cuarteaduras en la bóveda de la iglesia fueron longitudinales de E. a W. Las laterales, situadas en el arranque de los arcos son muy antiguas y la central que se abrió en las claves fué resultado del temblor; como se ve, nada dicen estas cuarteaduras, cuya formación es la misma cualquiera que sea la orientación de los templos de bóveda y como quiera que reciban el choque. El campanario estaba cuarteado en las claves de los cuatro costados. La dirección probable es de SE. a NW., tomando en cuenta la dirección seguida por las ondas superficiales y la conservación de la barda antigua de que hablamos. Fuimos informados en Aculco de que hace 40 años se dejaron sentir algunos temblores de tierra.

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(1) Una casa antigua de dos pisos, que sólo sufrió desperfectos de consideración en la planta alta, nos fué señalada como histórica; en ella se alojó D. Miguel Hidalgo después de la batalla de Aculco.

¿Y por qué hablar ahora de esto? Porque en Aculco solemos decir que aquí "no tiembla", y esa desmemoria puede tener en el futuro consecuencias muy graves al ignorar que esos fenómenos sí ocurren en toda esta zona.