domingo, 13 de junio de 2010

La capilla de Nuestra Señora de Loreto de Arroyozarco

Vista desde la espadaña de la capilla, hacia el oriente.

Aunque la capilla de la ex hacienda de Arroyozarco está ahora dedicada a una imagen popular conocida como "Señor del Pasito" (devoción originada en la cercana ranchería de Jurica, quizá a mediados del siglo XIX, y después trasplantada ahí), originalmente en este edificio se veneró la imagen de Nuestra Señora de Loreto. Según Wikipedia:

Nuestra Señora de Loreto. Óleo de 1769 del Museo Soumaya, México, DF.

Virgen de Loreto:
Patrona de los aviadores. Loreto significa: rodeado de árboles de laurel.
En el norte de Italia se encuentra el Santuario de la Santa Casa dedicado a la Virgen de Loreto. En el interior se encuentra la Santa Casa de Nazaret, donde, según la tradición católica, la Virgen María recibió la Anunciación.
La casa de la Virgen estaba formada por tres paredes adosadas a una cueva excavada en la roca (que se encuentra en la Basílica de la Anunciación de Nazaret). La tradición popular dice que en la noche entre el 9 y 10 de diciembre 1294 las piedras de la casa de Nazaret fueron transportadas por ángeles en vuelo, por eso la Virgen de Loreto es Patrona de los aviadores. De hecho, algunos estudios encontraron los documentos y han confirmado que fue transportada por mar en buques de las cruzadas. Después de la expulsión de los musulmanesde Tierra Santa por los cristianos, un miembro de la familia Angeli, los gobernantes de Épiro, estaba interesado en salvar la Santa Casa de la destrucción, por lo que fue transportada primero a Trsat en la actual Croacia, en 1291, luego a Ancona en 1293 y finalmente a Loreto, 10 de diciembre 1294.


Capilla de Arroyozarco a principios del siglo XX.

Esta advocación mariana se constituyó en devoción típicamente jesuita y por ello no es extraño que el templo arroyozarqueño recibiera su patronazgo, ya que esta hacienda formó parte de los bienes del Fondo Piadoso de las Californias, una fundación particular administrada por la Compañía de Jesús para evangelizar aquellas lejanas tierras. Arroyozarco fue adquirido para el Fondo Piadoso en 1715 por don José de la Puente y Peña, marqués de Villapuente, principal benefactor de las misiones californianas. En 1767, al ser expulsados los jesuitas de todos los dominios españoles, los dos últimos jesuitas, el padre Diego Cárcamo y el hermano Blas Guller, se vieron obligados a entregar la propiedad a los Oficiales de la Real Hacienda. Todavía pertenecería Arroyozarco al Fondo Piadoso por cuatro décadas más, hasta que en 1810 fue vendida a dos hermanos, Juan Ángel y José Antonio de Revilla, mineros de la región de Pachuca.

La capilla de Arroyozarco a mediados de la década de 1980.

La capilla de Arroyozarco forma parte del inmueble conocido como la "casa vieja" o "hacienda jesuita", uno de los cuatro principales edificios que componen en casco de la antigua finca. Es, de hecho, la única parte de ese inmueble que se conserva en buen estado, ya que el resto ha perdido totalmente sus cubiertas y sólo en algunos sitios éstas han sido repuestas con lámina metálica y otros materiales de baja calidad. Por sus métodos constructivos, ubicación y materiales, se advierte que la capilla fue levantada al mismo tiempo que el resto de la "casa vieja", y dado que en el patio de pesta existe un gran escudo jesuita de tezontle con la leyenda "A.D. 1723", le podemos atribuir sin duda esa misma fecha como la de su construcción.

Fachada de la capilla de Arroyozarco en la actualidad.

Vista general de la capilla y los restos de la "Casa Vieja" de Arroyozarco.

Un año después de la expulsión de los jesuitas, en 1768, se levantaron detalladísimos planos de las tres construcciones más importantes del casco de Arroyozarco en aquel entonces (la Casa Vieja, el edificio del Despacho y el Mesón) que se conservan aún en el Archivo General de la Nación, aunque atribuidos erróneamente a la hacienda de San Pedro de Ibarra, que también pertenecía al Fondo Piadoso de las Californias. Por fortuna, los planos son, decía arriba, tan detallados que reproducen incluso detalles que podrían parecer insignificantes, como el número y disposición exacta los canales de piedra que desguaban las azoteas. Y fue gracias a ellos que pude comprobar in situ que se trataba de Arroyozarco, después de descubrirlos en el libro La formación de la hacienda en la época colonial, de Gisela Von Wobeser.

Plano de la "Casa Vieja" de Arroyozarco en 1768. La capilla se encuentra en el ángulo inferior izquierdo.

Plano de la segunda planta de la "Casa Vieja" de Arroyozarco en 1768. Hoy en día, la casa cural ocupa varias de las estancias que aparecen al lado derecho.

Como se ve en el plano de 1768 de la Casa vieja, la capilla ocupaba el mismo sitio que hoy en día, en el ángulo noreste de esta construcción. Lo que sí ha variado son sus anexos, ya que la vieja sacristía que estaba tras el ábside dejó de serla hace muchos años y hace sus veces una recámara de la Casa Vieja. De hecho, la actual casa cural ocupa también otros varios aposentos de esa sección de la casa: la "sala del procurador" (que contaba con una chimenea), un almacén, la "sala de huéspedes" (que posee una hermosa portada de tezontle) y otros cuartos. En la parte posterior de la capilla, la troje de dos naves, modificada, hace las veces de auditorio y sala de reuniones.

Portada de la llamada "sala de huéspedes" en los planos de 1768, que forma parte de la actual casa cural.

La fachada de la capilla posee una portada de cantera rosa formada por un arco de medio punto con clave en forma de roleo (elemento común en toda la Casa Vieja, a veces elaborado como éste en cantera y otras en tezontle). A los lados dos medias muestras de inspiración toscana sobre pedestales soportan un entablamento roto al centro por el nicho que alberga ahora una imagen de factura reciente de la virgen de Guadalupe y que por muchos años estuvo vacío. Sobre él, se abre la ventana del coro de forma octogonal y a los lados se observa un par de remates planiformes inspirados quizá en pebeteros neoclásicos. A mabos lados de esta portada se encuentran los dos únicos sepulcros que se conservan en el pequeño atrio: el de la izquierda, más elaborado, remata en un relieve en forma de cáliz con uvas y hojas de parra; el de la derecha, mucho más sencillo, es sólo una pirámide rematada por una cruz. Corona la fachada una espadaña con espacio para dos campanas, que parece ser ya de inspiración neoclásica y seguramente del siglo XIX. Cuatro pebeteros neoclásicos muy sencillos rematan esta espadaña, y por encima de todos ellos una cruz sobre su orbe.

Portada de la capilla.

El interior está formado por una sola nave cubierta con techo plano de viguería sobre zapatas labradas. En algún momento debe haberse estropeado el terrado plano que sostenía esa viguería (indicado por la presencia de canales que desaguaban esa azotea), por lo que se le superpuso una cubierta de media tijera de vigas y teja que contribuye a darle el aire de un artesonado mudéjar. Esta techumbre guarda algún parecido con la de la misión jesuita de Loreto en Baja California Sur.

La nave, vista desde el coro.

La nave, vista delsde el presbiterio.

Antaño, el presbiterio estuvo adornado, según los inventarios de la hacienda en el siglo XVIII, con un altar en el que se encontraba una imagen de vestir de la Virgen de Loreto con un collar de perlas finas, negras, de California. Actualmente, un retablo de estilo gótico del siglo XIX ocupa su lugar. En la nave estaban otros dos altares dedicados al Santo Cristo y a San José. En la restauración efectuado a fines de los años 90, en la que se recuperó parte de la policromía interior de la nave (perteneciente al parecer al siglo XIX), aparecieron los restos de una pintura anterior que podrían ser el remate pintado de unos altares laterales, que quizá eran, por tanto, "retablos fingidos".

Decoración mural recuperada. La cenefa pertenece al siglo XIX, el remate barroco es del siglo XVIII.

También existió una larga serie de cuadros de santos, detalladamente inventariados después de la salida de los jesuitas de Arroyozarco, de los que se conservan apenas cuatro: San Donato, San Isidro, Santa Bárbara y la Magdalena. También existen otras tres obras de buena calidad: una Adoración de los Pastores, la Presentación en el Templo y un pequeño San Francisco Javier peregrino.

Santa Bárbara.
San Isidro.
La Magdalena.
San Donato mártir.

La presentación en el templo

La Natividad

Con la expulsión de los jesuitas, parece ser que se trató de borrar la huella de su presencia incluso en el nombre del templo, pues hubo algún intento desde fines del siglo XVIII de llamarlo "San José de Arroyozarco", aunque el peso de las devoción popular acabo por vencer y terminó por llamarse, como dijimos al comienzo de este texto, capilla del "Señor del Pasito". Durante muchos años, la capilla de Arroyozarco recibió el mínimo de atenciones para su conservación. Las filtraciones de agua hicieron estragos, como se puede ver, en todas las pinturas que se conservan. Incluso, sufrió el robo de un par de óleos más: un San Martín y una Virgen de Guadalupe. Afortunadamente, en los últimos diez o doce años esto ha cambiado mucho, en buena medida gracias a su designación, primero, como cuasiparroquia y después, el 10 de abril de 2005, como parroquia, con lo que dejó de depender de la de Aculco. Aunque debido a ese nuevo estatus los anexos sufrieron algunas transformaciones no del todo agradables ni justificadas, la verdad es que el templo luce en la actualidad, limpio, cuidado y vigilado, como nunca lo habíamos visto.

Altar neogótico e imagen del Señor del Pasito.

Cruz atrial

Va este texto con un saludo a Benjamín, patrón del Bable.