viernes, 24 de junio de 2016

Nerviosismo: las obras de restauración que no empiezan

Esta semana caí en cuenta que ha corrido ya la mitad de este año 2016 y las anunciadas obras de restauración de la torre de la parroquia de San Jerónimo y de la cubierta de la capilla de Santiago Toxhié no han comenzado todavía. Cierto que normalmente este tipo de obras, que emplean recursos provenientes a la par del erario municipal y del FOREMOBA (una instancia federal dependiente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes), suelen iniciar con algún retraso debido a las naturales cuestiones financieras y administrativas a que da lugar la participación de dos niveles de gobierno. Pero esta vez me parece que son ya demasiados meses...

Extrañado por esta situación, le pregunté al Arq. Lázaro González Frutis, encargado de llevar a cabo dichas restauraciones, por la fecha de inicio de las obras. Sólo me respondió que están en espera de los recursos, pero prudentemente no me quiso decir si dichos recursos son los del FOREMOBA o falta la parte que corresponde al municipio (como considero más probable).

Como sea, resulta verdaderamente lamentable que no haya sido canalizado el dinero comprometido para ejecutar estas obras en beneficio de nuestro patrimonio histórico. Patrimonio que, dicho sea de paso, es el principal activo gracias al cual Aculco es pueblo mágico y patrimonio de la humanidad, y al que en último término deben sus ingresos directamente quienes se dedican en este pueblo a la hotelería, el turismo, la producción y servicio de alimentos, artesanías, viajes en globo, etcétera, e indirectamete todos los demás habitantes.

Por otra parte, no deja de ser un mal precedente para futuros proyectos de conservación de nuestros edificios emblemáticos que las autoridades involucradas no cumplan con su parte del compromiso económico. ¿Cuándo volverá el FOREMOBA -y aquí asumo, sin tener la certeza, aclaro, que el Ayuntamiento es quien no ha aportado recursos- a comprometer cantidad alguna cuando su contraparte no responde de la misma manera? Si el Ayuntamiento llega a fallar en este compromiso, no solamente se perderá la oportunidad de restaurar ahora la torre del templo (que presenta daños mal reparados desde el terremoto de 1912) y la cubierta de Santiago Toxhié (que tiene filtraciones que comprometen su conservación), sino que seguramente se perderá en el futuro próximo la posibilidad de obtener recursos para otras obras del mismo tipo, tan necesrias en un pueblo con valor patrimonial reconocido.

Ojalá que no suceda que por dedicar recursos a solucionar lo urgente, se deje sin atender lo importante.

 

Por cierto, ya que hablo de compromisos del gobierno municipal y de conservación del patrimonio, me pregunto también ¿hasta cuándo el Ayuntamiento decidirá hacer cumplir las leyes en materia de conservación del patrimonio histórico edificado de Aculco? Nunca antes de este periodo de gobierno las autoridades locales contaron con más herramientas normativas para protegerlo, y sin embargo todos los días se puede apreciar en el pueblo que cada quien hace lo que quiere con sus construcciones: por allá se hace la ampliación de una puerta y se pierde todo su valor histórico, por aquí se construye toda una casa nueva en medio del patio de otra antigua, más allá se fracciona una construcción catalogada como monumento histórico, el pueblo se llena de tinacos en las azoteas (aunque el bando municipal prohibe que sean visibles) y ahora, justamente a un lado de la presidencia municipal, sobre la calle Hidalgo, SE ESTÁ ALTERANDO TAMBIÉN UNA FACHADA, seguramente sin licencias municipales ni del INAH. ¿De veras este Ayuntamiento quiere cargar con la responsabilidad de haber contribuido, por omisión, a la pérdida del valor patrimonial de Aculco? ¿Vamos a llegar a una situación de deterioro irreversible? ¿Por qué nadie parece entender lo que significa que una población haya sido incluida en la Lista del Patrimonio Mundial? ¿Dónde están los "vigías del patrimonio" que deberían estar atentos a denunciar estas obras?

Créanme, si la destrucción de la arquitectura tradicional de Aculco continúa, ni sus quesos, ni sus cascadas ni sus charros serán atractivo suficiente para que los turistas se acerquen al pueblo.

lunes, 13 de junio de 2016

La Presa del Túnel (o "se recibe cascajo")

Cuando el viajero se acerca a Aculco procedente de Santa María Nativitas, antes de llegar a la desviación del libramiento norte, lo recibe un gran arco de construcción moderna pero con formas pretendidamente "coloniales", chapado en cantera rosa y que apenas seis o siete años después de construido ya muestra los primeros signos de deterioro, tanto a causa de los vándalos como por su propia deficiente calidad constructiva. Justo ahí, al lado de este "monumento" falso y prematuramente envejecido, se encuentra uno de los auténticos monumentos históricos de aculco (catalogado como tal por el INAH con número de clave 1500300470007): la cortina de la llamada Presa del Túnel, que todavía la gente mayor suele llamar la Presa de don José Díaz, que fue quien la poseyó en la primera mitad del siglo XX. En realidad, parece ser que en la época de don José la llamaban la Presa de la Soledad, por encontrarse en este barrio de la cabecera municipal.

No creo que don José haya construido esta cortina, pues por sus características parece tratarse más bien de una obra del siglo XIX. Se levanta sobre el cauce del río de Santa María, justo antes de que éste se una con un arroyo que baja de las lomas nombradas Las Peñitas para formar el río Aculco. Está fabricada con mampostería de la típica piedra blanca de Aculco que se extiende cerca de 60 metros, tiene dos compuertas y la refuerzan diez contrafuertes de seis metros de altura. Lo que sí construyó don José Díaz es el túnel que le da nombre, y que permitía conducir sus aguas por debajo de la carretera para irrigar las tierras que le pertenecían en los llamados "Planes" (la pequeña planicie agrícola que forma el valle entre el pueblo de Aculco, Santa María Nativitas y Gunyó).

El río sobre el que se levanta la presa fue declarado de propiedad nacional en 1929 y derivado de ello las presas construidas para retener sus aguas también fueron nacionalizadas en los años siguientes. En los hechos, esta situación tardó en regularizarse y los anteriores dueños siguieron haciendo uso de ellas durante algún tiempo más. Algunos incluso tuvieron tiempo de destruir sus embalses para evitar que las zonas inundadas de sus tierras pasaran también pertenecer a la nación y con ello se perdió una indudable riqueza hídrica y ambiental. La Presa del Túnel si continuó en uso antes y después de quedar bajo el control de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (que, entiendo, actualmente la renta a particulares).

No sé en qué momento la Presa del Túnel dejó de almacenar agua. Todavía recuerdo que hacia 1975 se utilizaba y lo más probable es que lo haya sido muchos años más, quizá hasta la década de 1990. En 1988 el libro Los municipios del Estado de México, publicado por la Secretaría de Gobernación, todavía la incluye entre los "sitios de recreo" con que contaba el municipio de Aculco. Cuando la presa abría sus compuertas se formaba una cascada y aquel lugar rodeado de árboles cobraba especial encanto. Pero el caso es que ahora ya se encuentra permanentemente vacía y no sólo eso: el bordo que la limitaba hacia la carretera ha comenzado a ser deshecho intencionalmente y su vaso se ha comenzado a llenar con decenas de cargas de escombros y cascajo. Se encuentra, pues, en vías de desaparecer como embalse.

Aunque no me gusta esta situación, no tengo elementos para juzgar si se trata de una buena o mala decisión. Tal vez sus bordos y cortina no son ya lo suficientemente fuertes para continuar en uso, o no se adaptan a los planes hidrológicos nacionales. El caso es que se perdió un lugar hermoso y que la antigua e imponente cortina es hoy una construcción en desuso, prácticamente en el abandono. Si hoy nos entristece su olvido, ojalá no tengamos algún día que lamentarnos de su destrucción.