A simple vista será difícil para el observador percibir que esta hermosa portada del siglo XVIII ha sido dañada. Y de seguro, alguno que la conoció pocos años atrás hasta opinará que está mejor que nunca. Pero no es así, esta portada, como tantos otros elementos arquitectónicos de Aculco ha perdido ya buena parte de su encanto gracias a vanas y bárbaras intervenciones que sólo ponen en evidencia la ignorancia de sus autores.
Esta portada, en primer lugar, cobijaba antiguamente, hasta los años 90, un bello portón de madera claveteada con una graciosa mirilla. El portón estaba en perfecto estado cuando se le retiró y fue vendido a alguien que lo supo apreciar mejor. En su lugar vemos ahora esta vulgar reja de hierro que intenta parecerse - sin lograrlo por supuesto - a las rejas con plomos del siglo XIX.
La piedra de una de las jambas también fue profanada. Obsérvese ese intento inconcluso por labrar una especie de cordón franciscano que se detuvo nada más llegar al dintel. Y para remate, todas las piedras han sido barnizadas, ignorando el autor que la cantera tratada de esa forma no puede respirar y terminará por quebrarse cuando acumule suficiente humedad. Al tiempo.
Esta portada está en el llamado Portal de la Botica, que perteneció a la hermosísima Casa de los Terreros, de la que ya prácticamente queda sólo el recuerdo.
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