El kiosco de Aculco tiene ya 134 años. O, más bien, lo que tiene un siglo y tercio es su basamento de cantera rosa, pues los pilares que se apoyan en éste y la cubierta han sido modificados dos veces, la primera a mediados del siglo XX y luego en 1974. Y ese basamento -pieza ireemplazable del patrimonio de este pueblo- se está desmoronando por la humedad. Esta situación la señalé en este mismo blog hace más de diez años, ahora es mucho peor.
Hay en este deterioro un doble problema de origen: el basamento se construyó demasiado cerca del suelo, lo que hace que por capilaridad la piedra se humedezca, pero además está construido sobre un pozo que sigue existiendo bajo el kiosco. A estas condiciones se sumó otra que resultó más dañina: el efecto causado por la decisión lamentable tomada en 1974 de plantar azaleas en todo su derredor, de manera que prácticamente ocultaban la cantera. Eso produjo más humedades, no sólo por la cercanía de las plantas sino por el riego constante que salpicaba la piedra. Posteriores administraciones municipales mitigaron el daño en cierta medida al retirar las azaleas y plantar pasto rodeado por un murete de arrayanes, pero no ha sido suficiente: el basamento se ve cada día más deteriorado y en algunos puntos la cantera ha perdido ya su forma.
Es urgente que las actuales autoridades del municipio tomen medidas para la conservación de este bien cultural. Lo inmediato debería ser el retiro de toda la vegetación que lo rodea, o por lo menos la más inmediata, y la colocación de un piso de piedra natural que ya no haga necesario el riego en esa zona. A un plazo más largo, deberá plantearse su restauración para revertir los daños que la humedad y el tiempo le han causado. Y claro, si queremos soñar, quizá algún día podrá pensarse en la reconstrucción de las columnas y cubierta del kiosco como eran originalmente, tal como lo puedes ver pinchando aquí.
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