Hace poco más de un año les platicaba aquí del derrumbre parcial que sufrió la torre de la capilla de Santa María Nativitas debido a la caída de un rayo. Durante varios meses me preocupó -y seguramente preocupó a mucha gente de ese pueblo y de todo el municipio- ver que las obras de restauración no comenzaban y que ni siquiera se apuntalaba la estructura. Afortunadamente, en un tiempo muy breve se acometió y finalizó la obra de manera adecuada, siguiendo los lineamientos que corresponden a un inmueble catalogado como monumento histórico por el INAH. Los trabajos incluyeron además obras menores en la fachada, afectada por la humedad, así como una nueva mano de pintura de cal. Les muestro aquí algunas fotografías con el resultado de esta restauración:
Esta restauración fue realiada por la arquitecta Magnolia González Loeza. Sinceramente, me parece una obra muy bien realizada. No por ello quiero dejar de lado algunas observaciones menores: la primera, que habría sido conveniente -y no habría significado un gasto demasiado grande- aprovechar esta obra para repintar todo el templo. La diferencia que ahora se ve podría propiciar que alguien intente igualar el color y para ello se usen pinturas vinílicas que son totalmente inadecuadas. En segundo lugar, no entiendo por qué no se pintó del mismo tono rosado claro que antes, tono que respondía por cierto a los vestigios hallados en una restauración anterior. No es que su nuevo color esté mal, porque no lo está, es adecuado, pero no estoy tan seguro de que haya buenas razones para el cambio. Y en tercer lugar, al interior del templo, en los arcos de la nave que llegan al coro, no se hizo obra alguna y continúan manchados por la humedad que causó el derrumbe.
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