A la derecha, el muro de La Huerta. En alto, la parroquia de Aculco.
Hasta la década de 1930, el principal acceso al pueblo de Aculco era a través de lo que se conocía como "Calle de la Arena", actualmente calle de Matamoros en el tramo que corre al norte de la avenida Morelos. El viajero procedente del Camino Real de Tierra Adentro, tras desviarse en Arroyozarco y atravesar las tierras de la hacienda hasta la puerta de Las Ánimas, transitaba por el Camino de los Alcanfores y descendía más adelante por las lomas de Gunyó, pasaba entonces por el Puente Blanco y sólo después de trasponer el Puente Colorado podía considerarse que estaba ya en Aculco.
El muro de la Huerta, con la inconfundible pátina de los siglos sobre sus muros de piedra blanca.
A mano derecha del viajero, la primera construcción que lo recibía era una antigua barda de piedra blanca de Aculco con un zócalo de "piedra maciza" (esto debido a la humedad de los terrenos, antaño pantanosos) que se prolongaba por unos 150 metros. Justo donde terminaba se levantaba una sólida troje de dos plantas que revelaba en los detalles de cantería de sus balcones y en sus adornados canales de piedra cómo en tiempos antiguos lo utilitario no estaba reñido con lo bello.
Vista general de La Huerta y su troje tomada de Google Street view. A la izquierda asoma la troje; al centro, las bardas más recientes y la gran entrada construidas hacia 1950. A la derecha, al fondo, la barda antigua. Nótese cómo los muros nuevos utilizan los mismos materiales que los antiguos.
Ubicación de La Huerta y su troje.
Tanto el terreno bardado como la troje habían formado parte de las tierras que pertenecieron al cacique otomí Gerónimo López de los Ángeles, descendiente de los reyes otomíes de Jilotepec, quien a fines del sglo XVI las donó a la comunidad para que sirvieran de sustento a los frailes franciscanos del convento de Aculco. Su antigua relación con la Iglesia es patente todavía hoy en día, pues se encuentra ahí el único olivo de este pueblo y los olivos, recordemos, sólo podían ser plantados en tiempos virreinales por los frailes y sacerdotes para asegurar el suministro de óleo sacramental, mientras que el resto de los novohispanos lo adquiría importado de España.
El viejo olivo, único en Aculco, asoma tras la barda.
Sin embargo, a fines del siglo XVIII, debido a los gastos que implicaban las obras que realizaba en el templo ese gran sacerdote que fue don Luis José Carrillo, fue preciso vender una fracción de esas tierras, precisamente la que se conocía como La Huerta (nombre que se conservó hasta tiempos recientes). No fue mucho el terreno vendido, apenas una cuartilla de sembradura -unos 1650 metros cuadrados, aparentemente- que quizá pueden identificarse con el terreno en el que se desplanta la troje. Este terreno colindaba, según el documento de compraventa "...por el oriente con el Camino Real y casas de don Luis Basurto y de don Rafael Magos, por el sur con casas de los señores Garfias y don Luis Garcia, por el poniente con la zanja chica y milpa de José González el fiscal, por el norte con tierras de Antonio Nicolás capitán mayor y de los mismos José de la Cruz y Joaquín Magos..." Esta ubicación no nos dice mucho actualmente puesto que desconocemos casi por completo la distribución de las propiedades en las orillas de Aculco en el siglo XVIII. Además, era frecuente en documentos de este tipo omitir la existencia de calles entre el solar y los colindantes.
Ventanas altas de la fachada de la troje, tras el muro que delimita el terreno hacia la Calle Corregidora.
La troje vista desde el norponiente. Nótese el crecimiento de flora parásita en sus azoteas.
Detalle de la entrada a la segunda planta, a la que se subía por medio de una escalinata en escuadra.
Fachada de la troje, vista desde la casa de don Daniel Bello, hace unos años. Nótese el balcón de cantería de la planta baja y el estado de conservación de las azoteas, mucho mejor que el actual.
En la actualidad, el solar de La Huerta y su troje, aunque se mantienen, sufren más que de cualquier otra cosa del abandono y del desinterés. La viejísima barda, si bien se sostiene casi milagrosamente en pie, muestra en varios puntos el derrumbe de piedras y, sobre todo, el crecimiento de flora parásita que le da un agradable aire añorante y melancólico, pero que poco a poco la va debilitando. Del entorno, aún cuando en general se conserva, muestra ya indicios de degradación, sobre todo en las casas que se han construido frente a la troje sobre la Calle Corregidora. La troje misma, bien cuidada por muchos años, ha padecido en la última década un inexplicable abandono que está acabando con su cubierta de terrado y, cuando caiga éste, lo más probable es que sus muros se desmoronen y corra con la misma suerte del ruinoso Jacal de Cofradía.
El enorme ahuehuete, otro de los atractivos de este terreno. Obsérvese a la izquierda el deterioro del antiguo muro.
Interior del terreno delimitado por la barda antigua.
Casas sobre la Calle Corregidora, fronteras a la troje. Todo un muestrario de mal gusto, mala arquitectura, malas prácticas constructivas e indolencia de las autoridades para hacer valer las normas de imagen urbana que existen, pero no se cumplen.
Yo, pesimista como siempre (no gratuitamente, sino a golpes de realidad), creo que el futuro inevitable de la troje es su desaparición. Pese a declaratorias, discursos y "patrimonios de la humanidad" que llenan la boca a sus habitantes y gobernantes, en realidad no hay en Aculco ni conciencia ni actitud dirigida a la conservación de su ya bastante mermado patrimonio histórico. Ante este desinterés, no me queda más que colgar en este blog, una vez más, algunas fotos de ese Aculco que todavía es, pero que seguramente pronto ya no será. Copio también mi transcripción del documento de compraventa del solar de La Huerta en 1789, que a los más interesados en la historia de nuestro pueblo les parecerá sumamente interesante.
Entrada del canal de riego al solar de La Huerta.
TRANSCRIPCIÓN
En el Pueblo de Sn. Geronimo Aculco de la Provincia de Xilotepec en Veinte y tres de octubre de mil setecientos ochenta y nueve ante mí Don Fernando Bueno Theniente General de esta dha. Provincia y la Jurisdiccion de Huichapam y los testigos que se expresarn a mas de los de mi assista. con quienes autuo como Juez receptor a falta de escribano que no le hay real ni publico en el termino del Drô. Parecio presente el señor Licdo. Dn. Luis Carrillo Cura y Juez Eclesiástico de este Partido que doi fee de su conocimiento y Dixo que por quanto los Naturales de este Vecindario donaron en la antigüedad a la Yglecia un pedazo de tierra de riego nombrada la huerta para que los mintros. que ministravan esta dha. Yga. gosasen de su usufruto y cultivo, y en atención a que este solar no le es al otorgante ni sus Vicarios de ningun util y probecho por haverse estado erasso y abandonado y que en la actualidad se esta acavando de Reedificar la Yglecia sus terrados, coraterales retablos y demas, y que para esta tan util y provechosa fabrica faltan rreales para algunos materiales o pagamentos de operarios, ha consertado este Sor. Parroco deliberado y determinado con anuencia de los Repunos. de este Partido poner en venta el referido pedaso de tierra de la Huerta en don Salvador García que es el mejor y maior Postor que ha aparecido a que tambien atendiendo no tener este dho. Solarcillo entrada ni salida alguna y que por esto se dificulta u ha dificultado la venta. Jose de la Cruz Alcalde pasado viendo la utilidad y bien comun que resulta de ella, cedió a favor de la Yglecia y en pro del comprador un pedaso de tierra para el Gobierno entradas y salidas del de la Huerta, por lo que en esta conformidad han procurado reducirlo a Ynstrumento publico, y estando presentes Mariano Mendosa Alcalde segundo por inopia del Primero, Juan Nicolas Regidor maior Diego Alcalde Tercero y Ygnacio Sipriano Essno. de Republica y otros muchos Naturales, con el secionista Jose de la Cruz con cuia anuencia y consentimiento: Dixo el referido Señor Licenciado Dn. Luis Carrillo Parroco de este Partido que en aquella via y forma que mas haia lugar en Dro. firme y valedero sea otorga que da y vende en venta real y publica de oy para siempre a Dn. Salbador Garcia, sus hijos herederos y subsesores quien su causa hubiere a derecho representare es a saver el referido Pedaso de tierra de la Huerta en el que cabrá Justamte. con el que se hace cesion por Jose de la Cruz poco menos de una quartilla de maiz de sembradura, con el veneficio de riego, y sus linderos son por el oriente con el Camino Real y Casas de Dn. Luis Basurto y de Dn. Rafael Magos por el sur con casas de los señores Garfias y don Luis Garcia por el poniente con la sanja chica y milpa de Josse Gonzalez el fiscal, por el norte con tierras de Antonio Nicolas capitan maior y de los mismos Josse de la Cruz y Joaquin Magos; en el pressio y quantia de doscientos pesos los mismos que confiessa el señor cura otorgante tener recibidos en tabla y mano propia de moneda corriente del sello mejicano contados a su entera satisfacion, y de su Percepcion acusa recibo en forma con la renuncia de la nom numerata pecunia Leyes del no entrego su prueva y demas del casso; expresando no vaqler mas la finca sino ser este su lexitimo valor pressio y caso que mas valga de la demacia le hace gracia y donacion al comprador pura mera perfecta yrrebocable que el dro. llama intervivos con las Ynsinuaciones y renunsiaciones de las Leyes fechas en Cortes de Alcalá de Henares que tratan de las cosas que se compran venden o permutan por la mitad más o menos de su justo lexmo. valor y pressio, y los quatro años en ellas prevenidos para pedir recicción del contrato por lección enorme o normissima, y desde oy en adelante se desapodera aparta y desiste del drô., accion, Dominio propriedad y posesion que a nombre y en representacion de la parroquia le assita y lo cede renuncia traspasa y trasfiere en Dn. Salbador Garcia para que haga y deshaga, y de la finca como cosa suia propria havida y adquirida con justo y lexitimo titulo dandole como le da el dominio y facultad que de derecho se requiere y es necesario para que de su autoridad o Judicialmente como mejor le paresca tome y aprehenda posesion, y en el Ynterin que lo hace se constituien el señor Parroco y naturales pr. sus Ynquilinos y precareos tenedores para acudir con las tierras cada que se la pidan, assi mismo declaran no estar afecta a alguna hipoteca tributo gravamen o señorio que no le tiene y por tal se lo aseguran, y a la ebicion seguridad y saneamto. El Sor. Lico. Cura parroco Dn. Luis Carrillo se somete al fuero de sus Jueses y Prelados Ecôs. y con renunciacion que hace del suio proprio y del Capo. De Juan depenis eduardus de solutionibus el cavallerato del señor San Pedro demas de su favor y defensa con la General del Drô. Los republicanos con Jose de la Cruz por la parte que le toca en orden a la secion que hace con sus perssonas y vienes presentes y futuros, y con ellos se someten al fuero y Jurisdn. de los señores Jueses y Jurisdn. de su Magestad para que los compelan y apremien como por sentencia pasada consentida y no apelada renunciaron el veneficio de la menoridad que como Yndios les favorecen la Ley Sit Combenerit de Jurisdictione Omnium Judicum las demas se su favor, y estando presente Dn. Salbador Garcia que conozco Dixo aceptava y acepto esta venta en los terminos que se relaciona siendo de su cuenta el onorario de esta escritura y del Bendedor el Rl. Derecho de Alcavala y assi otorgaron y firmaron los que supieron conmigo el Thente. Genl. y los testigos de mis aasista. siendo presentes Ynstrum. Dn. Antonio Morales Dn. Faustino Donato Ruiz y Dn. Antonio Garfias de esta vecindad doy fee.= ente. rens. = essnô. = Dominio = ve. = em[¿] di = Garcia = ve.= testado Alce. = Derecho = no Ve.=
La larguísima y vieja barda de La Huerta.
Las adornadas canales que desaguaban las azoteas de la troje.
martes, 25 de octubre de 2011
jueves, 20 de octubre de 2011
Aculco no puede ser "Pueblo Mágico"
En junio pasado comentaba en este blog mi extrañeza por el anuncio que hiciera la Secretaria de Turismo del Estado de México de la anterior administración, según el cual se buscaría incorporar a Aculco al programa federal llamado "Pueblos Mágicos". Hacía notar entonces que dicha categoría es excluyente con la de sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO que nuestro pueblo recibió en agosto de 2010 y, tratando de conocer la postura oficial al respecto, escribí al Buzón de Atención Ciudadana de la Secretaría de Turismo federal. Aunque tardaron cuatro meses en responderme ayer por fin recibí un correo electrónico que viene a aclarar definitivamente este asunto:
En respuesta a tu amable solicitud por este medio me permito informarte lo siguiente:
¿Una localidad que ya es Patrimonio de la Humanidad puede acceder también al programa de Pueblos Mágicos?, la respuesta es No.
¿Por qué San Miguel de San Miguel de Allende dejó de ser Pueblo Mágico cuando ingresó a la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO?, la respuesta es para que se le den oportunidades a otras localidades del Estado de Guanajuato, siempre y cuando cumplan con los criterios correspondientes.
Sin otro particular, te saludo cordialmente.
Atentamente
Lic. Jorge Morales Alavez
De tal manera, queda claro que Aculco no puede ser parte del programa federal de "Pueblos Mágicos". Y la Secretaría de Turismo del Estado de México debió saberlo antes de lanzar su anuncio. Esto nos permite ilustrar lo que fue en realidad la labor de dicha dependencia respecto a Aculco en los últimos seis años: una larga serie de improvisaciones y ocurrencias.
miércoles, 19 de octubre de 2011
¿Jano en Aculco?
Jano Bifronte protegiendo la entrada.
Cuando compré este antiguo adorno de chapa (el nombre técnico creo que es "escudo"), más que poner atención al detalle de la figura que representa lo puse primero en su precio, pues el vendedor de fierros viejos que lo ofrecía pedía por él mucho menos de lo que a simple vista se advertía que debía valer. Ya en mis manos, comencé a observar su elaborado diseño en lámina calada de hierro y entonces quedé verdaderamente intrigado por lo que aquello podría representar.
Cariátides grotescas del ex convento de San Agustín, Querétaro.
Al principio y por un buen tiempo, pensé que se trataba simplemente de una figura grotesca de carácter barroco, mitad humano y mitad planta o animal, semejante, digamos, a las que realizadas en cantera adornan el claustro del exconvento de San Agustín de la ciudad de Querétaro. Me parecía difícil llegar más allá en la identificación del emblema, aunque por supuesto de vez en cuando encontraba imágenes que enseguida me lo recordaban en mayor o menor medida. Por ejemplo, en algunos momentos me pareció que podría tratarse de un fitomorfo o green man, pero pronto deseché esa idea. Otras veces pensé que representaba claramente un fauno con sus cuernos ovinos y grandes orejas, idea a la que contribuían además los róleos casi célticos marcados a punzón que lo adornan en varias partes. Y también en cierta ocasión casi me convencieron de que aquello era más bien un demonio con su cornamenta de macho cabrío, pechos de mujer y guadaña en la mano. Quizá fue entonces cuando me propuse identificar más claramente la figura, pues créanme que no me hacía mucha gracia tener a un diablo guardando la puerta. Ahora creo haber conseguido comprender su verdadero simbolismo.
Los dos rostros de Jano en la chapa.
El elemento que sorprendentemente pasé por alto durante mucho tiempo y que fue definitivo en la identificación es el rostro de la figura. O, más bien, sus rostros: nótese cómo aquello que me parecían a mí en un principio las largas orejas del fauno no son sino dos caras contrapuestas vistas de perfil, adornadas con enormes narices. Al percatarme de esto recordé naturalmente a Jano, el dios romano que se representaba precisamente de esa manera. Entonces comencé a investigar más sobre él, su papel en la mitología y sus símbolos, hasta convencerme de que el adorno es realmente una interpretación barroca y novohispana de esta deidad bifronte.
Dibujo del dios Jano, portando la llave que tiene por atributo.
Según Wikipedia:
Jano medieval con dos llaves.
Lo anterior explica por qué se colocó a Jano en esta cerradura de puerta. Ahora bien, los símbolos que se solían asociar a Jano eran la corona (a veces una corona de laurel), la llave en la mano derecha, el cetro, una lanza, una espada o una hoz en la otra y un gallo. A veces -sobre todo en las representaciones medievales- eran dos las llaves: una para abrir el pasado y otra para el futuro.
En esta chapa la corona, junto con el cabello, parece estar confundida y estilizada en esa especie de tocado con perfil de flor de lis adornado con escamas que se encuentra sobre las cabezas. La llave -una llave de verdad- está puesta precisamente en el agujero que corresponde a la cerradura y hacia ella parece alargar la mano diestra. La otra mano se levanta llevando la hoz hasta tocar la corona. Los róleos sobre el pecho pudieran no estar representando senos de mujer, sino los adornos de una armadura, de manera parecida al Jano del grabado de Meisner que, además, lleva una hoz como la de nuestra chapa.
Jano del grabado del monasterio del Escorial realizado por Meisner en el siglo XVII. Nótese la hoz que porta en la mano y la parte superior de la armadura.
A veces los dos rostros de las representaciones de Jano no eran idénticos, pues se intentaba expresar en ellos la unión (o quizá sería mejor decir la transición) entre lo opuesto: el ayer y el mañana, la juventud y la vejez, lo interno y lo externo, lo masculino y lo femenino. En este último caso, el rostro femenino solía asociarse a la diosa Diana. En esta chapa, aunque las caras difieren notoriamente por su tamaño, lo que parece determinar la diferencia entre ellas es el doble róleo que se prolonga desde la unión de las caras hacia el lado izquierdo, el que en mi opinión representa la cabellera del rostro femenino.
La "proa" con el ojo.
Jano construye una nave en un grabado renacentista.
Moneda romana con Jano al frente y la proa de una nave en el reverso.
La mitad inferior de la chapa aún espera una interpretación clara. Me parece a mí, sin estar muy convencido de ello, que el róleo en el que Jano apoya el codo izquierdo es la proa de una nave romana, incluso con el ojo pintado en ella como se acostumbraba en la antigüedad. Según el poeta Ovidio, en el reverso de las medallas dedicadas a Jano se veía una nave, o simplemente una proa como ésta, como recuerdo de la llegada de Saturno a Italia en una nave construida por el dios bifronte. Las ondas bajo esa proa representarían el mar. Pero el resto sigue siendo, todavía, un enigma.
La parte inferior de la chapa, todavía sin interpretar.
Cuando compré este antiguo adorno de chapa (el nombre técnico creo que es "escudo"), más que poner atención al detalle de la figura que representa lo puse primero en su precio, pues el vendedor de fierros viejos que lo ofrecía pedía por él mucho menos de lo que a simple vista se advertía que debía valer. Ya en mis manos, comencé a observar su elaborado diseño en lámina calada de hierro y entonces quedé verdaderamente intrigado por lo que aquello podría representar.
Cariátides grotescas del ex convento de San Agustín, Querétaro.
Al principio y por un buen tiempo, pensé que se trataba simplemente de una figura grotesca de carácter barroco, mitad humano y mitad planta o animal, semejante, digamos, a las que realizadas en cantera adornan el claustro del exconvento de San Agustín de la ciudad de Querétaro. Me parecía difícil llegar más allá en la identificación del emblema, aunque por supuesto de vez en cuando encontraba imágenes que enseguida me lo recordaban en mayor o menor medida. Por ejemplo, en algunos momentos me pareció que podría tratarse de un fitomorfo o green man, pero pronto deseché esa idea. Otras veces pensé que representaba claramente un fauno con sus cuernos ovinos y grandes orejas, idea a la que contribuían además los róleos casi célticos marcados a punzón que lo adornan en varias partes. Y también en cierta ocasión casi me convencieron de que aquello era más bien un demonio con su cornamenta de macho cabrío, pechos de mujer y guadaña en la mano. Quizá fue entonces cuando me propuse identificar más claramente la figura, pues créanme que no me hacía mucha gracia tener a un diablo guardando la puerta. Ahora creo haber conseguido comprender su verdadero simbolismo.
Los dos rostros de Jano en la chapa.
El elemento que sorprendentemente pasé por alto durante mucho tiempo y que fue definitivo en la identificación es el rostro de la figura. O, más bien, sus rostros: nótese cómo aquello que me parecían a mí en un principio las largas orejas del fauno no son sino dos caras contrapuestas vistas de perfil, adornadas con enormes narices. Al percatarme de esto recordé naturalmente a Jano, el dios romano que se representaba precisamente de esa manera. Entonces comencé a investigar más sobre él, su papel en la mitología y sus símbolos, hasta convencerme de que el adorno es realmente una interpretación barroca y novohispana de esta deidad bifronte.
Dibujo del dios Jano, portando la llave que tiene por atributo.
Según Wikipedia:
Jano (en latín Janus) es, en la mitología romana, un dios que tenía dos caras mirando hacia ambos lados de su perfil, padre de Fontus. Jano era el dios de las puertas, los comienzos y los finales. Por eso le fue consagrado el primer mes del año (que en español pasó del latín Ianuarius a Janeiro y Janero y de ahí derivó a Enero). Como dios de los comienzos, se lo invocaba públicamente el primer día de enero (Ianuarius), el mes que derivó de su nombre porque inicia el nuevo año. Se lo invocaba también al comenzar una guerra, y mientras ésta durara, las puertas de su templo permanecían siempre abiertas; cuando Roma estaba en paz, las puertas se cerraban. Jano no tiene equivalente en la mitología griega.
Jano medieval con dos llaves.
Lo anterior explica por qué se colocó a Jano en esta cerradura de puerta. Ahora bien, los símbolos que se solían asociar a Jano eran la corona (a veces una corona de laurel), la llave en la mano derecha, el cetro, una lanza, una espada o una hoz en la otra y un gallo. A veces -sobre todo en las representaciones medievales- eran dos las llaves: una para abrir el pasado y otra para el futuro.
En esta chapa la corona, junto con el cabello, parece estar confundida y estilizada en esa especie de tocado con perfil de flor de lis adornado con escamas que se encuentra sobre las cabezas. La llave -una llave de verdad- está puesta precisamente en el agujero que corresponde a la cerradura y hacia ella parece alargar la mano diestra. La otra mano se levanta llevando la hoz hasta tocar la corona. Los róleos sobre el pecho pudieran no estar representando senos de mujer, sino los adornos de una armadura, de manera parecida al Jano del grabado de Meisner que, además, lleva una hoz como la de nuestra chapa.
Jano del grabado del monasterio del Escorial realizado por Meisner en el siglo XVII. Nótese la hoz que porta en la mano y la parte superior de la armadura.
A veces los dos rostros de las representaciones de Jano no eran idénticos, pues se intentaba expresar en ellos la unión (o quizá sería mejor decir la transición) entre lo opuesto: el ayer y el mañana, la juventud y la vejez, lo interno y lo externo, lo masculino y lo femenino. En este último caso, el rostro femenino solía asociarse a la diosa Diana. En esta chapa, aunque las caras difieren notoriamente por su tamaño, lo que parece determinar la diferencia entre ellas es el doble róleo que se prolonga desde la unión de las caras hacia el lado izquierdo, el que en mi opinión representa la cabellera del rostro femenino.
La "proa" con el ojo.
Jano construye una nave en un grabado renacentista.
Moneda romana con Jano al frente y la proa de una nave en el reverso.
La mitad inferior de la chapa aún espera una interpretación clara. Me parece a mí, sin estar muy convencido de ello, que el róleo en el que Jano apoya el codo izquierdo es la proa de una nave romana, incluso con el ojo pintado en ella como se acostumbraba en la antigüedad. Según el poeta Ovidio, en el reverso de las medallas dedicadas a Jano se veía una nave, o simplemente una proa como ésta, como recuerdo de la llegada de Saturno a Italia en una nave construida por el dios bifronte. Las ondas bajo esa proa representarían el mar. Pero el resto sigue siendo, todavía, un enigma.
La parte inferior de la chapa, todavía sin interpretar.
miércoles, 12 de octubre de 2011
El rancho Decá, en venta
Portada del testimonio de la adjudicación de Decá a don Macario Pérez en 1888.
Cada vez que sale a la venta un edificio histórico de nuestra región tengo sentimientos encontrados: de alegría, pues siempre cabe la posibilidad de que sea para bien y con ello la propiedad conserve o recupere su valor histórico-arquitectónico, y de tristeza porque puede resultar que se ponga en riesgo ese valor o aún su misma existencia. Así, en algunos casos las compraventas han llevado a la restauración de edificios tan notables como la Casa del Padre José Canal y la Hacienda de Ñadó, o la conservación de los vestigios del Molino de Arroyozarco, en tanto que en otros casos el triste efecto ha sido su desvalorización, como en la Casa de los Alcántara Terreros, su lotificación, en el caso de la Casa de los Terreros o su destrucción, en el caso de la Casa de la Plaza José Ma. Sánchez.
La "hacienda Deka" en venta. En realidad nunca reunió las condiciones para calificarla más que como "rancho".
Ahora ha salido a la venta un edificio que no se encuentra precisamente en Aculco, sino en el vecino municipio de Nopala, pero que tiene algo que ver con la historia aculquense: el rancho Decá.
La palabra Decá (también se escribe a veces localmente como Deká), significa en lengua otomí "flor de cuervo", una planta medicinal y ornamental conocida más por su nombre náhuatl de cacaloxóchitl. A principios del siglo XVIII el rancho recibía el nombre de San Isidro Decá (1).
Detalle de un retrato de don Macario Pérez Sr. en su juventud.
Hacia 1888 Decá pertenecía a la señora Lucrecia Gómez de Vez, pero a finales de ese año don Macario Pérez Sr. consiguió que le fuera adjudicado por el juzgado de Huichapan en pago de ciertas deudas, aunque en rebeldía de la propietaria, es decír, sin su aceptación y firma (2). Así, Decá pasó a formar parte de un grupo de fincas menores que fueron siendo adquiridas por don Macario y que de alguna manera funcionaban como "satélites" de la hacienda de Cofradía, en Aculco, la más importante de sus posesiones. A este grupo pertenecían también los ranchos de Huminí y San José de la Escondida (o Buenavista), ubicados también en Nopala, el rancho de San Rafael y su potrero de La Venta, en Polotitlán, y el de Santa Rosa, en Aculco.
A la muerte de Macario Pérez Sr., este rancho productor de pulque pasó a manos de su hijo Macario Pérez Romero. En 1912 se le reconocía un valor de $4,300 pesos y sus linderos eran los siguientes: por el norte, terrenos de doña María Fuentes; al oriente, terrenos de Leandro Fuentes, terrenos de don valente Callejas y terrenos de don Pedro Rivera; al sur, terrenos de doña Trinidad Fuentes y doña María Guerrero; al poniente, terrenos de don Homobono y don Domingo Fuentes(3).
En esta imagen se observa el corredor que tenía la fachada de la casa y una troje o tinacal arruinado.
Dos fotografías del frente de la casa. Al fondo asoman los muros de la troje.
Según se puede ver en las fotos que acompañan al anuncio en el que se oferta esta propiedad, los gruesos muros de la casa de Decá no llegaron a tener grandes galas arquitectónicas y sus dimensiones son pequeñas, propias de un rancho de sus características. Sin embargo, conserva interesantes elementos que pueden datarse en los siglos XVIII y XIX, como algunas portadas de cantera rojiza, las canales que desaguaban sus azoteas, una fuertes puerta de madera en regular estado, el derrame de un vano en forma de concha barroca, su patio enlosado, una presita de mampostería y los características terrados nopaltecos de morillos y tejamanil en la cocina y el comedor, únicas áreas que conservan su cubierta.
Vista de una de las habitaciones que conservan su cubierta y detalle de un terrado de morillos y tejamanil.
Otra foto de la fachada y vista del patio en el que se observa su enlosado y una portada de cantera.
Ojalá el rancho de Decá, con las algo más de cuatro hectáreas de tierras que le restan, encuentre un comprador dispuesto a invertir algún -más bien bastante- dinero en remozar sus viejos muros y devolverle un poco de su sentido original. Pero desafortunadamente se encuentra en tan malas condiciones, convertido prácticamente en una ruina, que será en verdad muy difícil que ello suceda. Quizá, con un poco de suerte y algo de inteligencia, llegará a conservarse algunos de sus detalles más valiosos, aunque no sea más que como un recuerdo de lo que fue.
La concha barroca y la cortina de la presa.
NOTAS
(1) AGN. Tierras, vol. 1440, exp. 6
(2) JLB. Testimonio de la escritura de adjudicación judicial que en rebeldía de la Señora Lucrecia Gómez de Vez otorga el Juzgado de 1a. Instancia de este Distrito a favor del Sr. Macario Pérez del rancho de Decá y casa no. 1 de la calle de Zaragoza del pueblo de Nopala. Año de 1888.
(3) JLB. Escritura de adjudicación de los bienes pertenecientes a la sucesión testamentaria del Sr. Macario Pérez (senior). 1o de agosto de 1912.
Cada vez que sale a la venta un edificio histórico de nuestra región tengo sentimientos encontrados: de alegría, pues siempre cabe la posibilidad de que sea para bien y con ello la propiedad conserve o recupere su valor histórico-arquitectónico, y de tristeza porque puede resultar que se ponga en riesgo ese valor o aún su misma existencia. Así, en algunos casos las compraventas han llevado a la restauración de edificios tan notables como la Casa del Padre José Canal y la Hacienda de Ñadó, o la conservación de los vestigios del Molino de Arroyozarco, en tanto que en otros casos el triste efecto ha sido su desvalorización, como en la Casa de los Alcántara Terreros, su lotificación, en el caso de la Casa de los Terreros o su destrucción, en el caso de la Casa de la Plaza José Ma. Sánchez.
La "hacienda Deka" en venta. En realidad nunca reunió las condiciones para calificarla más que como "rancho".
Ahora ha salido a la venta un edificio que no se encuentra precisamente en Aculco, sino en el vecino municipio de Nopala, pero que tiene algo que ver con la historia aculquense: el rancho Decá.
La palabra Decá (también se escribe a veces localmente como Deká), significa en lengua otomí "flor de cuervo", una planta medicinal y ornamental conocida más por su nombre náhuatl de cacaloxóchitl. A principios del siglo XVIII el rancho recibía el nombre de San Isidro Decá (1).
Detalle de un retrato de don Macario Pérez Sr. en su juventud.
Hacia 1888 Decá pertenecía a la señora Lucrecia Gómez de Vez, pero a finales de ese año don Macario Pérez Sr. consiguió que le fuera adjudicado por el juzgado de Huichapan en pago de ciertas deudas, aunque en rebeldía de la propietaria, es decír, sin su aceptación y firma (2). Así, Decá pasó a formar parte de un grupo de fincas menores que fueron siendo adquiridas por don Macario y que de alguna manera funcionaban como "satélites" de la hacienda de Cofradía, en Aculco, la más importante de sus posesiones. A este grupo pertenecían también los ranchos de Huminí y San José de la Escondida (o Buenavista), ubicados también en Nopala, el rancho de San Rafael y su potrero de La Venta, en Polotitlán, y el de Santa Rosa, en Aculco.
A la muerte de Macario Pérez Sr., este rancho productor de pulque pasó a manos de su hijo Macario Pérez Romero. En 1912 se le reconocía un valor de $4,300 pesos y sus linderos eran los siguientes: por el norte, terrenos de doña María Fuentes; al oriente, terrenos de Leandro Fuentes, terrenos de don valente Callejas y terrenos de don Pedro Rivera; al sur, terrenos de doña Trinidad Fuentes y doña María Guerrero; al poniente, terrenos de don Homobono y don Domingo Fuentes(3).
En esta imagen se observa el corredor que tenía la fachada de la casa y una troje o tinacal arruinado.
Dos fotografías del frente de la casa. Al fondo asoman los muros de la troje.
Según se puede ver en las fotos que acompañan al anuncio en el que se oferta esta propiedad, los gruesos muros de la casa de Decá no llegaron a tener grandes galas arquitectónicas y sus dimensiones son pequeñas, propias de un rancho de sus características. Sin embargo, conserva interesantes elementos que pueden datarse en los siglos XVIII y XIX, como algunas portadas de cantera rojiza, las canales que desaguaban sus azoteas, una fuertes puerta de madera en regular estado, el derrame de un vano en forma de concha barroca, su patio enlosado, una presita de mampostería y los características terrados nopaltecos de morillos y tejamanil en la cocina y el comedor, únicas áreas que conservan su cubierta.
Vista de una de las habitaciones que conservan su cubierta y detalle de un terrado de morillos y tejamanil.
Otra foto de la fachada y vista del patio en el que se observa su enlosado y una portada de cantera.
Ojalá el rancho de Decá, con las algo más de cuatro hectáreas de tierras que le restan, encuentre un comprador dispuesto a invertir algún -más bien bastante- dinero en remozar sus viejos muros y devolverle un poco de su sentido original. Pero desafortunadamente se encuentra en tan malas condiciones, convertido prácticamente en una ruina, que será en verdad muy difícil que ello suceda. Quizá, con un poco de suerte y algo de inteligencia, llegará a conservarse algunos de sus detalles más valiosos, aunque no sea más que como un recuerdo de lo que fue.
La concha barroca y la cortina de la presa.
NOTAS
(1) AGN. Tierras, vol. 1440, exp. 6
(2) JLB. Testimonio de la escritura de adjudicación judicial que en rebeldía de la Señora Lucrecia Gómez de Vez otorga el Juzgado de 1a. Instancia de este Distrito a favor del Sr. Macario Pérez del rancho de Decá y casa no. 1 de la calle de Zaragoza del pueblo de Nopala. Año de 1888.
(3) JLB. Escritura de adjudicación de los bienes pertenecientes a la sucesión testamentaria del Sr. Macario Pérez (senior). 1o de agosto de 1912.
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