Nuevamente ha visitado este blog cierta persona, más que identificable, que nos ha enviado un par de comentarios en los que ataca nuestro propósito de defender a través de este espacio la arquitectura tradicional de Aculco -protegida por la ley- de las infelices ocurrencias del actual alcalde y su camarilla. Sus argumentos, por supuesto, ni siquiera rondan lo razonable: que si soy feo, que si nadie me conoce, que si ataco a los "protagonistas" porque soy un envidioso, que si esa persona es tan culta (y lo presume) que cita como si fuera texto sagrado a Carlos Ruiz Zafón... En fin, esto no merecería siquiera comentarlo en un post, pero quiero dejar bien claras algunas cosas:
1. Me halaga que quienes se consideran mis enemigos sigan visitando este espacio. No tengo ni que decirles que lo construí pensando en ellos. Sus rencorosas palabras me hacen el día.
2. No por lo anterior voy a publicar sus mensajes. Lo haré cuando dejen a un lado los insultos personales y comiencen a argumentar. Me encantaría rebatir sus puntos expuestos sensatamente: amo el debate.
3. Aunque cada vez que llega un mensaje de éste y otros tartufos siento la necesidad de compartir con mis lectores que nuevamente conseguí exasperarlos, creo que es mejor evitar en el futuro posts que informen de su visita. Resultaría aburrido al cabo del tiempo.
4. Quisiera informarle al autor de esos mensajes que, a Dios gracias, no me llamo Juan.
JLB