Hace unos días les hablaba de las columnas de madera que se colocaron en el portalillo superior de la casa Arciniega Basurto y en una entrada anterior del blog también me referí a los soportes del mismo material del Portal de los Terreros. Decía entonces que las columnas de madera fueron abundantes antiguamente en Aculco, pero que han sobrevivido muy pocos ejemplos de ese uso. Hoy quiero mostrarles algunas fotografías de columnas de este tipo en nuestro municipio, tanto de las que existen todavía como de las que han desaparecido, así como algunos ejemplos nuevos, que también los hay.
Las columnas de madera se usaron mucho en las regiones del país en que la presencia de árboles permitía que fuera un material abundante, barato y fácilmente reemplazable. Cuando, además de todo, escaseaba la piedra de construcción, se volvían casi indispensables, pues mientras que los muros de las casas podían edificarse fácilmente con adobe, las columnas de los corredores de las casas o de los portales resultaban mucho más sólidas y resistentes -pero sobre todo más económicas- si se fabricaban con postes. Además, como en muchos otros usos arquitectónicos de México, no se puede soslayar tanto la influencia prehispánica como la española, especialmente del centro y sur de la Península Ibérica. Así, podemos encontrar que las columnas de madera fueron características en la arquitectura vernácula del Valle de Toluca, la Meseta Tarasca y los Altos de Chiapas, entre otros sitios.
En Aculco, la madera abundó hasta el primer cuarto del siglo XX, cuando concluyó la explotación intensiva del Cerro de Ñadó para producir durmientes de ferrocarril y carbón. En tiempos del Virreinato, incluso el templo de san Jerónimo estuvo techado con grandes vigas de madera que sobrevivieron hasta 1843. Por otra parte, la piedra también era abundante, de manera que ambos materiales debieron ser usados para construir columnas sin que predominara marcadamente alguno de ellos.
Los dos mejores ejemplos de columnatas de madera antiguas que sobreviven en Aculco son la de la loggia superior de la portería (o portal de peregrinos) del antiguo convento franciscano y el Portal de los Terreros. Ambos pertenecen muy probablemente al siglo XVIII, aunque naturalmente han sufrido a lo largo del tiempo reconstrucciones, restauraciones y modificaciones. Pese a ello se mantienen en muy buen estado, como obras notables de la arquitectura virreinal de nuestro pueblo.
En Arroyozarco existe otra valiosa columnata de madera, mucho menos conocida pues además no fue concebida como ornamental ni para ser contemplada desde el exterior: Se trata de los soportes cuadrangulares que dividen una troje en la planta alta del edificio conocido como El Despacho. Arrinconadas en el patio del mismo edificio, se encuentran los grandes pilares octogonales de madera que alguna vez engalanaron su patio, y que se apoyaban en grandes pedestales de tezontle rojo. El plano de 1768 del mismo edificio nos muestra la existencia aledaña de un gavillero con soportes de madera, ya desaparecido.
De los ejemplos perdidos, quedan en muchos casos apenas algunas malas fotografías. Por ejemplo, la de la balconada de la Casa del Puente que tenía soportes cuadrangulares muy esbeltos. O el que se ve al fondo del retrato de don Lucino Mondragón Buenavista, en una casa no identificada. O los del corredor interior de la Casa de los Terreros, tan parecidos a los del portal y con pedestales de cantera más interesantes todavía, destruidos en la década de 1990.
Un uso al parecer común fue el de soportes alternados de madera y piedra. Así los tenía, por ejemplo, el corredor de la Casa de la Cruz del Ojo de Agua, pero fueron poco a poco reemplazados y hoy solo queda ya uno solo de madera. Viejas fotografías permiten ver que era también el caso del portal interior de la alberca e incluso del portal de la Casa del Quisquémel, antes de que en la década de 1940 su portal fuera reemplazado por los arcos que tuvo hasta su demolición en 1974.
Quedan también, ya sin uso, algunos pedestales sueltos en varias casas de Aculco que casi con toda certeza sirvieron para sostener columnas de madera. De la antigua Casa de los Alcántara Terreros desconozco si sus altas columnas de madera seguirán existiendo, pero la remodelación que sufrió esa casa para agregarle una planta alta hace suponer que se perdieron.
¿Y los ejemplos modernos? Son pocos, pero interesantes. Está el portalillo del acceso al casino de la Plaza de Toros Garrido-Varela, del que se me ha dicho que son las columnas originales del Portal de los Terreros, opinión que no comparto. También la Quinta los Ciruelos, en Santa María Nativitas, tiene un corredor con pilarcillos de ese material. En la casa Arciniega-Basurto se colocó un par de columnas nuevas en la reciente rehabilitación, como ya reseñamos, pero en su patio interior tiene también otro par de columnas de madera modernas apoyadas en basas de cantera antiguas que provienen de otro sitio.
Como puede verse, las columnas de madera fueron un elemento presente en la arquitectura tradicional de Aculco que poco a poco se ha perdido, en parte por voluntad y en parte por la propia fragilidad del material ante la lluvia, la polilla y el abandono. Ojalá los ejemplos que subsisten sean conservados con mayor cuidado, antes de que desaparezcan por completo.
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