Hace casi exactamente un año les platicaba aquí acerca de las almenas, ese elemento arquitectónico que corona el perfil de algunas construcciones antiguas y que relacionamos inmediatamente con los castillos pero que tuvo gran difusión en el México virreinal, especialmente en iglesias y conventos del siglo XVI. Entre los ejemplos aculquenses estuvo precisamente el desaparecido almenado de la parroquia y subsisten almenados completos en la hacienda de Ñadó, así como almenas aisladas en el panteón, la hacienda de Arroyozarco y la capilla de Santa Ana Matlavat, entre otros sitios.
Como parte, pues, del repertorio de elementos contructivos coloniales, no resulta extraño que en construcciones modernas que han procurado integrarse al conjunto urbano de Aculco existan también almenas, algunas de ellas discretas y otras quizá demasiado ostentosas. Veamos pues, algunas de ellas.
El par de almenas más antiguo entre las que podemos llamar "contemporáneas" se encuentra flanqueando el remate del acceso principal a la antigua Escuela Venustiano Carranza, hoy Casa de la Cultura. El inmueble fue construido en 1947 por el arquitecto Armodio de Valle-Arizpe, quien logró armonizarlo con su entorno y empleó en él materiales locales como la propia piedra blanca en que se labraron la cornisa y las almenas.
Tres décadas después se edificó en la orilla poniente del pueblo la Unidad Jorge Jiménez Cantú (inaugurada en 1978), que incluyó alrededor de una nueva plaza (la del "Oso Bueno"), un mercado (actuales oficinas administrativas del Ayuntamiento), el Auditorio Municipal, un jardín de niños y la escuela secundaria. Esta vez el arquitecto encargado del diseño también aprovechó los materiales locales -en especial la piedra blanca con la que se labraron sus muros, marcos de puertas y ventanas, así como las almenas que marcan el ritmo de sus contrafuertes- pero introdujo innovaciones como las bóvedas queretanas de ladrillo. El resultado fue un estilo que encontró aceptación y en el que continuaron edificándose varias obras de carácter oficial y privado por algunos años.
Hacia la misma época, don José Sánchez Lara construyó su casa particular en el terreno llamado Vidó, a orillas del arroyo que lleva el mismo nombre. Una vez más, la tradicional piedra blanca de Aculco fue elegida para adornar un inmueble que, por otra parte, varió el modelo tradicional de vivienda local al distribuirse alrededor de un patio poligonal y presentar un jardín enrejado al frente. En la casa de Vidó, los pilares de dicho enrejado están rematados en pirámides que evocan almenas, almenas pequeñas coronan su fachada y, sobre todo, son notables las cuatro almenas que se alzan en lo alto de su simpático torreón.
En Arroyozarco, a orillas de la carretera, en algún momento de la década de 1990 o 2000 se construyó esta barda de piedra blanca con almenas. Las ventanas estrechas como aspilleras de los cuerpos que se levantan a los lados del acceso subrayan su aspecto defensivo.
Más amable, en parte por el entorno pero también por su mejor y más sencillo diseño, es esta entrada a una propiedad a orillas del Carril de Cofradía. Llama la atención que, a la hora de edificar almenas o elementos con aire de almenas en Aculco, se haya preferido casi invariablemente la piedra blanca.
El Hotel Chávez, en la calle de Morelos, se remató con un almenado completo al concluirse la edificación de su tercera planta hacia el año 2010. En su momento critiqué este almenado por parecerme excesivo y falto de proporción, pero al paso del tiempo y a la vista de algunas intervenciones mucho más desafortunadas en otros inmuebles he terminado por verlo con más comprensión o quizá condescendencia. No dejo de pensar, sin embargo, que con la misma intención de colocar almenas, pero mejor diseñadas y distribuidas (no como "castillito"), el edifició ganaría en dignidad.
Esta construcción se encuentra al interior de una casa de la Plaza de la Constitución. Aunque la parte principal es antigua, el remate es muy reciente, aprovechándose en él una hornacina del siglo XVIII procedente de otro sitio que alberga ahora la imagen de Santiago Apóstol. En tres de sus esquinas se yerguen sendas almenitas que pese le dan la apariencia de torrecilla a pesar de su poca altura.
Finalmente, esta casa que se levanta en la calle de Santos Degollado, concluida apenas en 2016, incorpora elementos de cantera labrada sobre una estructura moderna para armonizarla con el ambiente urbano del pueblo. En los extremos de su fachada se alza un par de almenas de mampostería revocada.
 
***
 
Con este post doy por cerrado el año 2017, un año de extremos en el que tuve grandes alegrías, hermosos viajes, buenos logros, fuertes pérdidas y dolorosas penas. Espero que el año casi por concluir haya sido mejor para todos mis lectores y les deseo que el 2018 esté lleno de ventura. Feliz Navidad y feliz año nuevo a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.