Don Cástulo Arciniega
Hace ya bastantes años comenzó a formarse en la presidencia municipal de Aculco una galería de retratos de presidentes municipales que adornan las paredes del salón de cabildos. Se trató de una iniciativa loable de recuperación de la memoria gracias a la cual podemos conocer el rostro de quienes gobernaron Aculco en el último siglo y un poco más allá.
Por supuesto, la secuencia de presidentes municipales tiene lagunas, generalmente muy difíciles de llenar, ya por tratarse de personajes pertenecientes a familias que han desaparecido del pueblo o simplemente por la falta de fotografías conocidas aún entre sus descendientes. La antigüedad señala también, claro, un límite, ya que resulta muy difícil encontrar fotografías aculquenses anteriores a la década de 1890; de ahí que algunos presidentes se nos muestren en esta colección ya en su vejez, aún cuando hayan ocupado el cargo en su juventud.
Entre los presidentes municipales ausentes en dicha galería está don Cástulo Arciniega, de quien presentamos este retrato inédito. Él presidió la corporación municipal en tres ocasiones en la segunda mitad del siglo XIX. Debemos recordar que en aquellos años este cargo se ocupaba por un período de tan sólo un año y en no pocas ocasiones se ejercía sin goce alguno de sueldo. Por ello no existían políticos profesionales locales: el puesto recaía normalmente en personas respetadas de la comunidad, que no tenían la menor intención de enriquecerse en cargos de gobierno (cosa por otra parte imposible dado el exiguo presupuesto que podían ejercer) y su servicio como presidentes municipales, bueno o malo, tenía por lo menos el sello de la buena voluntad.
¡Qué enorme diferencia con nuestros tiempos!
Cástulo Arciniega nació en Aculco el 26 de marzo de 1828, aunque también se ha mencionado a Polotitlán como su lugar de origen. Esto resulta dudoso al considerar que en aquel entonces no existía aún ese pueblo (sólo su antecesor, la venta o ranchería de La Soledad) y que su territorio municipal actual era todavía por aquellos años parte de la jurisdicción de nuestro municipio. Era hijo de José Arciniega quien, al parecer, es el mismo personaje que se menciona como asistente del general insurgente Miguel Mondragón, que fue capturado con él al pie el cerro de Ñadó en mayo de 1814 y liberado por el gobierno virreinal en 1815. Cástulo contrajo matrimonio con doña María de Jesús Basurto y tuvo una numerosa descendencia, pese a lo cual -y aunque conserva descendientes entre los que me cuento- su apellido prácticamente se perdió ya en Aculco.
Cástulo Arciniega fue presidente municipal en 1862, 1879 y 1875. Se desempeñó también como síndico municipal bajo la presidencia de Salvador Ramírez en 1869 y nuevamente bajo la de Francisco Ramírez en 1887. Su filiación conservadora queda más que clara al conocer que bautizó a uno de sus hijos, nacido precisamente en el emblemático año de 1867, como Maximiliano Miguel Tomás, los nombres de los tres fusilados en el Cerro de las Campanas de Querétaro. Arciniega murió en Aculco y fue sepultado el en el panteón municipal el 25 de mayo de 1896.
Ojalá que, así como las autoridades del Ayuntamiento actual de Aculco han descargado diligentemente numerosas imágenes de mi colección mostradas en este blog para utilizarlas sin mi autorización en publicaciones, páginas de internet, folletos, etc., descarguen también ésta -ahora sí con mi anuencia- para hacer un poco más completa la galería de presidentes municipales de Aculco.
Lápida del sepulcro de don Cástulo Arciniega, que guarda también los restos de su su esposa, algunos de sus hijos y una de sus nueras.
El sepulcro de don Cástulo en el panteón municipal de Aculco.
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