martes, 24 de agosto de 2010

Lámina y teja

Contraste: la teja antigua y la lámina nueva.

Hablo en serio, ¿no sería mejor haber declarado a Aculco "zona de desastre" -por lo menos arquitectónico- en vez de sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO?

Hace cuatro meses escribimos en este mismo blog:

La antigua casa de la Plaza de la Constitución no. 15, conocida también como casa de don José María Sánchez Silva, fue adquirida hace algunos años, después de que sus dueños anteriores vendieran a un anticuario queretano lo que era quizás su mayor atractivo: el bello y vetusto mueble de la tienda, el único que se conservaba íntegro en el pueblo. Por lo demás, la casa ya había sido muy alterada en su interior a mediados del siglo XX, y después en la década de 1980. A pesar de ello, conservaba su sobria fachada (modificada por la ridícula construcción reciente de un nuevo portal) y numerosos vestigios de la obra colonial y del siglo XIX. Ahora, la casa está siendo convertida en Posada Familiar, obra muy loable, pero surge la duda: ¿el proyecto cuenta con la aprobación del INAH? Yo no apostaría por ello.


Un par de vistas de los tejados desaparecidos: se pueden ver inmediatamente por debajo de la torre de la parroquia.

La denuncia -cosa rara- tuvo efecto y semans después fueron colocados sendos sellos de clausura del INAH en las puertas de la antigua tienda. Sin embargo, extrañamente, las obras del interior continuaron sin interrupción. Al parecer no se estaban llevando a cabo grandes modificaciones a su estructura, de por sí ya bastante alterada. Pero es el caso que al llegar la remodelación al nivel de las cubiertas hemos visto con mucho desagrado que se ha modificado su perfil y, cosa mucho peor, que los viejos techos de un agua de teja de barro han sido reemplazados por lámina metálica apoyada en viguetas de hierro.

Panorama de Aculco. La cubierta nueva de lámina metálica destaca por su brillo al sol.

Esta intervención, evidentemente, va en contra de los valores arquitectónicos de originalidad y autenticidad que supuestamente deberían quedar protegidos por la inclusión de Aculco en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO como parte del Camino Real de Tierra Adentro, lo que tuvo efecto el 1 de agosto pasado. Y resulta verdaderamente lamentable, significativo y ridículo que estas modificaciones se hayan venido llevando a cabo durante el proceso de inscripción y aún después de la declaratoria.

Detalle de las láminas. Nótese también la alteración de desniveles de las cubiertas.

Hace varios meses me comentaba el arquitecto Edgar Urbán -responsable de la elaboración del expediente técnico para la propuesta del Camino Real de Tierra Adentro como Patrimonio Mundial (gracias al cual Aculco quedó incorporado a esa lista)- que el panorama de construcciones escalonadas que se puede admirar desde el Ojo de Agua había sido una de las cosas que más le habían impresionado de Aculco. Pues siento decirle que esta vista es hoy un poco menos impresionante a la que él conoció, gracias, por supuesto, a los culpables de siempre: el propietario de la casa, el Centro INAH Edomex, el Ayuntamiento, la Secretaría de Turismo del Estado de México...

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