Portón de la Casa de los Alcántara Terreros.
Entre los compromisos de campaña de Marcos Javier Sosa Alcántara, candidato ganador en las recientes elecciones para presidente municipal de Aculco (que estuvieron visibles hasta hace pocos días en la página oficial del PRI del Estado de México), se encuentra la de crear en nuestro pueblo un "Museo Bicentenario":
"Creación del Museo Bicentenario, integrado en ese mismo lugar la Casa de Cultura."
El ofrecimiento en sí mismo es loable. Más, cuando municipios vecinos con una menor significación histórica cuentan con sus propios museos locales (como Acambay). Y todavía mejor, el que se le quiera dar un enfoque relacionado con el Bicentenario de la Independencia, ya que en Aculco ocurrió uno de los eventos más importantes de la primera etapa insurgente: la batalla del 7 de noviembre de 1810.
El texto de la promesa, como puede leerse, no profundiza más allá de la creación de este museo. En los mentideros aculquenses, sin embargo, hemos recogido la versión de que el plan incluye la compra del inmueble conocido como Casa de los Alcántara Terreros en la Plaza Juárez (actualmente en venta, en efecto) para instalar ahí dicho museo y trasladar al mismo sitio la Casa de la Cultura. En la actual Casa de la Cultura -antigua escuela Venustiano Carranza- se establecerían las aulas de la nueva Universidad del Bicentenario, promovida por el Gobierno del Estado de México. De la Casa de los Alcántara Terreros ya hemos hablado anteriormente, al referirnos a los desaparecidos remates barrocos de sus balcones y al tratar sobre la Plaza Juárez.
Dos vistas recientes de la fachada principal de la casa.
Sin duda alguna, la Casa de los Alcántara Terreros sería uno de los mejores albergues que se podrían escoger en Aculco para un museo, ya que es una de las más hermosas casas del siglo XVIII en el pueblo y también una de las mejor conservadas. Y este precisamente es el punto delicado del asunto: de ser cierto que el inmueble será destinado a museo y casa de la cultura, deberá procurarse la conservación de sus características originales; priorizar que la adaptación sea repetuosa de su historicidad: en fin, que la propia casa sea una pieza más (y quizá la más importante) de esa exhibición.
Uno de los balcones de la sala de esta casa.
Hacemos desde este humilde blog un respetuoso llamado al presidente muncipal electo para que así sea.
Esta fotografía y las siguientes, provienen de un sitio de Internet que promovía la venta del inmueble, hace unos años.
Vista del corredor, soportado en columnas de madera.
La sala de la casa con su mobiliario del siglo XIX.
Menaje de la casa.
Una de las habitaciones que dan hacia la Plaza Juárez.
Comedor.
Dos vistas de los corrales.
Existen piezas históricas con que puedan, al menos, inaugurarse el museo.
ResponderEliminarY de haberlas, ¿se conservarían?. Vamos si algunas quisieron apropiarse del lienzo charro ¿qué suerte podría tocarles a un pieza de menor tamaño o documento?
Bueno, quizá no sea mala idea empezar por el inmueble..ya cuando las condiciones lo permitan...Quizá.
Es una buena noticia, solo falta se cumpla¡¡.
ResponderEliminarpero apoyamos este acción.