martes, 10 de octubre de 2023

Avanza el deterioro arquitectónico de Aculco

El nombramiento de Aculco como integrante de la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2010 representó ciertamente un reconocimiento, pero también un compromiso de autoridades y sociedad: el de preservar los valores asociados a los criterios que justificaron esa designación. Estos criterios, por los que Aculco fue incorporado a la lista como parte del Camino Real de Tierra Adentro, fueron específicamente los siguientes:

(ii) Atestiguar un intercambio de influencias considerable, durante un periodo concreto o en un área cultural determinada, en los ámbitos de la arquitectura o la tecnología, las artes monumentales, la planificación urbana o la creación de paisajes,

(iv) Constituir un ejemplo eminentemente representativo de un tipo de construcción o de conjunto arquitectónico o tecnológico, o de paisaje que ilustre uno o varios periodos significativos de la historia humana.

Vista del inmueble desde la calle de Aldama. Aquí se observa más claramente la alteración del perfil de u tejado en abril pesado y la nueva incorporación de una cubierta industrial de lámina, a todas luces impropia de un sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Es decir, Aculco se comprometió entonces ante el mundo con la conservación de su arquitectura, su conjunto histórico, su urbanismo y paisaje. Lamentablemente, nuestro pueblo ha fallado estrepitosamente en en ello. Sin duda alguna (y exceptuando la restauración de la parroquia), el conjunto histórico de Aculco se encuentra hoy en un estado de conservación mucho peor al que tenía hace trece años.

Quiero mostrarles hoy un ejemplo de ese deterioro y cómo a nadie -ni autoridades ni sociedad- parece importarle mucho ni poco.

La casa con el número 7 de la Plaza de la Constitución, catalogada como monumento histórico con número de clave I-0011100029", ya había aparecido en este blog hace unos meses, en abril pasado, cuando se emprendió una remodelación que la desvirtuó en cierta medida y que estoy seguro habría sido mucho peor de no haber intervenido entonces el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). El resultado, como comenté en el texto "La muy mala 'restauración' de una casa: Plaza de la Constitución no. 7". fue en todo caso lamentable. Pero ahora esa pésima obra ha sido coronada además con toda una colección de tinacos y calentadores solares bajo una estructura metálica cubierta de láminas. Vamos, como si el propietario estuviera decidido conscientemente a joder el aspecto de su propia casa.

Lo peor es, quizá, que este añadido añade fealdad no sólo al propio inmueble sino a las dos plazas inmediatas: la de la Constitución y la Juárez, que son las más importantes del pueblo. Resulta increíble que por semanas las autoridades municipales hayan permitido que se construyera todo esto. No es posible creer que no supieran que estaba sucediento y la ignorancia les impidiera actuar. Esa tácita complicidad está destruyendo Aculco.

Es casi seguro que la obra viola los términos en los que le fue concedida la licencia por parte del INAH. Pero también viola el Reglamento de Imagen Urbana del municipio, que en su Título IV, Capítulo IV, artículo 40, indica:

Artículo 40.- Los tinacos y depósitos de agua deberán estar ocultos a la vista desde la vía Pública y desde las edificaciones vecinas, por lo que se colocarán contenidos en muros bajos o pretiles, localizándose de preferencia en la parte media o posterior de los" predios, o una distancia no menor de 5.00 m. del frente del mismo y a la menor altura posible sobre el nivel de la llave o salida del agua más alta del inmueble. Se fomentará el uso de equipos hidroneumáticos para disminuir la contaminación visual que generan los tinacos.

¿Qué podemos esperar si las autoridades municipales no son capaces de hacer cumplir este reglamente cuando se viola tan evdientemente, a la vista de todos, el plena plaza principal y a la luz del día? Pues lo que ya sabemos: que en pocos años, muy pocos, Aculco pierda el encanto que le queda.

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