martes, 21 de septiembre de 2010

Una pintura desconocida del Molino de Arroyozarco

Detalle de la pintura del Molino de Arroyozarco.

Recientemente, la casa de antigüedades HQ, de la ciudad de Torreón, Coahuila, puso a la venta diversos objetos que pertenecieron al presidente y revolucionario Francisco I. Madero así como a su esposa, Sara Pérez Romero. Como saben bien los lectores de este blog, Sara vivió en su infancia en la hacienda de Arroyozarco, de la que su padre Macario Pérez era administrador, y por eso no resulta extraño que varios de aquellos objetos tuvieran relación con esta hacienda. Hoy nos ocuparemos de uno de los más interesantes, una pintura sin marco ni bastidor que en el catálago de HQ es denominada "gobelino de hacienda de Francisco I. Madero".

Vista general de la pintura, a la izquierda, al fondo, el cerro de la Virgen; a la derecha, el Molino.

En realidad, esta pintura no reproduce ninguna propiedad que perteneciera a Madero, sino la fábrica "El Progreso" de Arroyozarco, conocida generalmente sólo como "El Molino". De hecho, se trata de la única imagen antigua que conocemos de este edificio y de ahí proviene su interés e importancia iconográfica, ya que artísticamente se trata de una obra de calidad bastante menor. La tela, de 99 x 55 centímetros muestra como elemento principal a un jinete montado en un caballo prieto o retinto, ataviado con chaqueta charra, sombrero jarano, pantalón, botas de montar y espuelas. La silla de montar parece mostrar varias incorrecciones que por momentos hacen pensar que se trata de una albarda inglesa, pero las arciones gruesas, los estribos de tapadera y la reata anmarrada a los tientos delanteros eliminan la sospecha. Un pechopretal complementa los arreos de montar. La sombra resulta bien ubicada respecto al sol poniente.

Detalle que muestra el edificio del Molino.

Fotografía actual del Molino. Para facilitar la comparación, la imagen aparece invertida en espejo, ya que salvo algunos detalles (como los contrafuertes), esta fachada es simétrica.

El terreno en el que se hayan parados jinete y cabalgadura es el lecho vacío de la Presa del Molino, de ahí que se observen las características cuarteaduras del suelo reseco. Al fondo, al lado derecho, destaca el enorme edificio del Molino, con sus decenas de ventanas, sus contrafuertes, y la gran cornisa que lo corona. Una arboleda une a este edificio con un paisaje más lejano, en el que se distinguen las lomas de San Ignacio y el oscuro perfil del Cerro de la Virgen, que pertenecía también a la hacienda de Arroyozarco.

Marca de la tela al reverso de la pintura.

Acerca de la identidad del personaje retratado, creo posible únicamente que se trate de tres personajes: Macario Pérez Sr., padre de Sara, administrador de la hacienda de Arroyozarco hasta su muerte en 1909; Manuel Pérez Romero, hermano de Sara, que administró ocasionalmente la propiedad en los primeros años del siglo XX por ausencia de su padre; o Macario Pérez Jr., también hermano suyo, que estuvo al frente de la finca entre 1909 y 1913. Es quizá este último quien mayores posibilidades tiene de ser el jinete de esta pintura, pues resulta innegable su afición a retratarse de charro y a reproducir el paisaje rural de esta región, como ocurre en los murales de la hacienda de Cofradía que él mismo mandó pintar a Ernesto Icaza.

Don Macario Pérez Jr.



Sobre la ápoca en que fue realizada, creo muy probable que se trate de una fecha entre 1900 y 1913, antes de la salida de Macario Pérez Jr. de la administración de Arroyozarco a raíz de la Decena Trágica, que obligó a toda la familia carnal y política de Madero a buscar protección. A no ser que la pintura esté firmada, muy difícil será averiguar quién es su autor. No se trata evidentemente de Ernesto Icaza, pues la pintura difiere de su estilo, y el descuido en el detalle de la silla de montar, tan contrario al pincel del charro pintor, deja fuera por completo esa posibilidad. Sin embargo, tenemos noticia de dos pintores que trabajaron en las haciendas de Aculco a fines del siglo XIX y principios del XX, entre quienes podría hallarse este desconocido artista. Uno de ellos es Andrés Padilla, quien realizó una alegoría de la industria, la abundancia y el trabajo en 1882, con motivo de la reapertura de la fábrica de Arroyozarco. El otro es un "F. Rodríguez" que pintó varios murales en Cofradía hacia 1910, e incluso algunos de los paisajes que más tarde reutilizó Icaza para plasmar en esa misma hacienda sus escenas charras.

El cerro de la Virgen, como aparece en la pintura.

El cerro del virgen en Google Streetview, desde la autopista México-Querétaro, a la altura de Arroyozarco. Compárese la precisión del perfil.