viernes, 24 de julio de 2020

Aculco en 1855

Al revisar los archivos municipales, se advierte la frecuencia con que el gobierno de la República solicitaba a los ayuntamientos informes estadísticos sobre la localidad. Por su propia naturaleza, estos informes deberían ser una fuente inestimable de datos para la historia, pero desafortunadamente eran llenados -casi sin excepción- con descuido y desconocimiento, además de sin tener claras las razones por las que se les solicitaban ni qué fines podrían tener. He llegado a encontrar algún caso en que las propias autoridades distritales señalaban las inconsistencias de un informe con respecto a otros anteriores y prácticamente le corregían la plana a las de Aculco, reclamándoles además su poca colaboración.

A pesar de lo anterior, siempre es posible entresacar cosas interesantes de estos informes y aunque sepamos que son imprecisos pueden ser muy útiles para corroborar algún dato, hallar indicios o simplemente para conocer la percepción que las autoridades locales tenían de su propio pueblo.

En 1855, el apéndice del Diccionario Universal de Historia y Geografía de don Manuel Orozco y Berra recogió uno de estos informes referido a Aculco. Si bien es un texto poco extenso y se nota la poca atención del Ayuntamiento al proporcionarla, no deja de haber datos curiosos. Por ejemplo, una prueba más de que hasta mediados del siglo XIX seguían existiendo lobos en esta región, un hecho al que ya me referí anteriormente:  

ACULCO: juzgado de paz del partido de Jilotepec, departamento de México.

Tierras.— Su calidad y producciones.— La parte mayor de las tierras de la comprensión de este juzgado de paz, son útiles para la agricultura por su fertilidad, y en ellas se cultiva maíz, frijol, haba, trigo, cebada y alverjón: de la primera semilla se cosechan de sesenta a cien cargas por cada una de sembradura, y de las otras de quince a veinte.

Montañas.— No ofrecen particularidad que merezca atención.

Maderas.— Abundan las de ocote, encino de varias clases, madroño, sauz, ailes y otros árboles de menos importancia.

Caminos.- Se hallan medianamente atendidos los interiores de comunicación entre los pueblos del juzgado, a mas de los cuatro generales que lo atraviesan.

Aguas.— En el pueblo de Aculco se hallan dos manantiales de agua potable; los demás no merecen tal nombre por la escasez de sus aguas.

Ríos.— Atraviesa este territorio y nace de la presa el llamado de Huapango. Aunque hay otros que se forman de las avenidas en la estación de lluvias, pero en la seca son muy escasos de agua.

Puentes.— Solo hay uno en la hacienda de Arroyozarco, y se conserva en buen estado.

Cavernas. — Hay varias en las montañas al Norte de Aculco, que hasta ahora no se han examinado.

Animales domésticos.— Se hace cría de ganado vacuno, caballar, mular, lanar y de cerda. Parte de él se consume en los pueblos que corresponden a este juzgado, y el resto se conduce para su expendio a la capital de la república.

Aves.— Gallinas, palomas y guajolotes.

Salvajes.— En las montañas se halla el lobo, el coyote, el gato montés, el venado, la liebre, el conejo y toda clase de aves.

Reptiles.— Víbora parda o blanca: su mayor tamaño es de cinco cuartas; es venenosa. Víboras de diversas especies, pero cuyo veneno no es mortal. Escorpiones, lagartijos, lagartijas, sapos y camaleones.

Insectos.— Alacranes, tarántulas, pinacates, mestizos, cochinitas, arañas diversas, moscos, moscas, mayates, mariposas, hormigas, cucarachas, pulgas, chinches, grillos, chapulines y hormigas prietas y coloradas.

Medios comunes de subsistencia. — Casi exclusivamente la agricultura y la cría de ganado, pues es muy reducido en Aculco el número de los artesanos.

Alimentos comunes. — Carnes de vaca y carnero, frijol, alverjón, chile y tortillas.

Bebidas.— Pulque tlachique, y con exceso el aguardiente de caña y vino mezcal.

Enfermedades endémicas.— Reumatismo, inflamaciones de estómago, disentería y punzadas de cabeza.

Idiomas.— El castellano y otomí.

 

Por cierto, habrán notado ustedes que el texto no se refiere a Aculco como municipio, sino como "juzgado de paz", al distrito de Jilotepec lo llama "partido" y el Estado de México es "Departamento de México". Eso se debe a que en el momento de la edición de la obra, el país había dejado de ser una república federal y había adoptado el centralismo.