martes, 28 de abril de 2020

Benditeras y lavamanos

De vez en cuando me gusta escribir entradas en mi blog que no se refieren a un solo sitio, a un hecho histórico o a algún asunto específico, sino simplemente a recopilar en una especie de catálogo los elementos arquitectónicos de un tipo determinado existentes en Aculco. Así lo hice, por ejemplo, en los textos dedicados a las almenas, a las puertas y portones, a las columnas de madera, etcétera. Esta vez les traigo una lista de piezas arquitectónicas relacionadas con el agua: las antiguas benditeras -o pilas de agua bendita- y los lavamanos. Aunque la función de unas y otros es muy distinta, comparten cierto parecido en sus formas y por eso me ha parecido conveniente reunirlos aquí. En un primer momento pensé sumar también las pilas bautismales, pero estos muebles -aparte de tener también un uso diverso- no suelen estar empotrados en las paredes como los otros (es decir, no se incorporan a la arquitectura) y conforman una categoría específica que más adelante espero tener oportunidad de abordar.

LAVAMANOS

 

Este primer ejemplo de lavamanos se encuentra en la sacristía de la parroquia de san Jerónimo. Seguramente es obra del siglo XIX y está tallado en cantera. Del plano del muro sobresale únicamente un repisón del mismo material; el resto del lavamanos se desarrolla dentro de un nicho con cerramiento en arco carpanel, cuya bóveda y tímpano lisos ocupan prácticamente su mitad superior. En la parte baja un zócalo moldurado en sus extremos ocupa los laterales y el fondo. Al centro la moldura baja se interrumpe en el punto en que se abre un grifo. El lavamanos no tiene propiamente una pila, sino sólo un plano inclinado ligeramente sumido que se abre a un desagüe. Seguramente -tal como señalan los cánones en los lavamanos de sacristía- este caño es independiente de cualquier otro drenaje del templo y conduce directamente al suelo, para evitar que alguna porción de pan o vino consagrados entren en contacto con inmundicias al lavar los vasos sagrados.

Este segundo lavamanos es mucho más rústico y tuvo un uso más prosaico que el anterior, ya que forma parte de las instalaciones de la antigua panadería La Guadalupana de don Félix Herrera, situada en la plazuelda Hidalgo. Con todo, es un elemento de valor histórico y etnográfico que nos remite a la vida cotidiana de los habitantes de Aculco en la primera mitad del siglo XX. Tallado en cantera rosa y de forma cilíndrica, sobresale completamente del muro en que está empotrado. Las paredes del interior no son verticales sino ligeramente inclinadas y un gran corte en ellas en la parte inmediata a la pared forma la salida de agua. En la parte superior se advierte un agujero practicado seguramente para incorporar una tubería de agua con un grifo.

El tercer lavamanos antiguo se encuentra en la hacienda de Arroyozarco, en uno de los muros exteriores del edificio conocido como El Despacho (antigua casa del mayordomo). Labrado en una sola pieza de cantera, se encuentra mutilado, por lo que ha perdido la pila. A pesar de ello, por los restos posible deducir que ésta era en forma de media esfera, cobijada su mitad posterior por la bovedilla de un cuarto de esfera remetida dentro del muro. Es difícil saber cuál sería su uso original, pero probablemente pertenece, como el edificio en que se encuentra, al siglo XVIII.

 

BENDITERAS

 

Esta pila de agua bendita en cantera pertenece a la casa Arciniega Basurto y lleva labrados adornos de carácter popular. Quizá sea del siglo XVIII o por lo menos se inspira en las decoraciones barrocas de esa época. La pila propiamente dicha es bastante pequeña, pero está decorada con formas que parecen sugerir una corriente de agua que se derrama. El borde de la pila está adornado por un rosario de pequeños círculos concéntricos que podrían ser una reminiscencia prehispánica, ya como las gotas que frecuentemente acompañan a la representación glífica del agua, o bien como chalchihuites -cuentas de jade- en alusión a lo fino o lo precioso que guardaba: el agua bendita. Esta pila está albergada en un nicho formado por una concha y flanqueado por un par de columnillas panzudas de escaso relieve. Sendas guías vegetales de gruesos tallos y pocas hojas crecen por encima de ellas hasta la parte superior del nicho, donde se yergue una pequeña cruz.

En las pilastras del sotocoro de la parroquia existe un par de discretas pilas de agua bendita labradas en piedra de recinto. Su forma es de media concha que sobresale completamente del muro y es difícil saber si pertenecen a la fábrica original de esa parte del templo, pero sin duda se integran perfectamente a él. Se han mantenido con su uso original, aunque también es cierto que ha dependido mucho de sacristanes y sacerdotes su uso cotidiano, pasando por breves etapas de abandono. Por cierto, en algunas ciudades de Europa este tipo de pilas de agua bendita en las iglesias ha caído en desuso, ya que sin comprender o respetar su carácter sagrado las personas hacían uso de esa agua para lavarse o refrescarse, incluso algunos drogadictos para lavar agujas y jeringas. Esperemos que esto nunca suceda en Aculco.

En el interior del antiguo convento, a un lado del desembarque de la escalera en la planta alta, está esta pequeña benditera. Está formada por una rústica pila de cantera encalada forma tronco-cónica, con el borde resaltado, que se empotra por mitades en el muro, que en la parte superior forma un nicho de perfil triangular. Lo más interesante de ella es su sencillez y antigüedad, ya que debe remontarse a los tiempos de la edificación del claustro a principios del siglo XVIII.

En el coro alto de la parroquia, junto a la puerta por la que se accede a él desde el convento, se halla esta otra benditera. Como se puede ver su pila -de poca profundidad, cuadrada y base curvada en los ángulos- está labrada en un material que no parece ser cantera, sino algún tipo de piedra más duro, y casi parece un recipiente independiente que fue adaptado para ser colocado ahí. La pila sobresale sólo un poco, pues la mayor parte se ubica en el espesor del muro. Lo parte superior del nicho lo cubre una bovedita en forma de concha.

 

Seguramente hay por ahí muchos más ejemplos de benditeras y lavamanos que desconozco o que no recuerdo ahora, pero creo que estos casos bastan para darse una idea general de sus formas y usos. Quizá con el tiempo pueda ir enriqueciendo esta entrada con nuevos ejemplos, especialmente de las benditeras que existen en las capillas y parroquias del municipio.