Probablemente muchos de los lectores conocen el interesante reloj de sol que existe en la parroquia de Aculco, del que ya he escrito antes en este blog. Esta pieza, muy importante y antigua (acaba de cumplir 226 años), no es por fortuna el único instrumento de este tipo que existe en nuestro municipio, pues también existe un reloj de sol del siglo XIX en el viejo Hotel de Diligencias de Arroyozarco (también me he referido antes a él) y existe -o existió, pues ya no está en su sitio original- uno pequeño sobre la entrada al atrio de la capilla de Santiago Oxthoc Toxhié.
Sin embargo, es posible que otros relojes de sol menos conocidos existan todavía por ahí, poco visibles incluso para quienes frecuentas esos sitios. Es el caso del reloj que quiero mostrarles hoy, que se encuentra en la parroquia del pueblo de San Lucas Totolmaloya, al oeste de la cabecera municipal de Aculco.
En su ubicación actual, el reloj de sol de San Lucas se halla colocado a espaldas de la peana sobre la que se sostiene la cruz del remate de la fachada del templo, casi como si se le hubiera escondido, o por lo menos descartado y colocado ahí. Esto debido a que no se puede justificar este sitio por razones de visibilidad, evidentemente, y menos de operación, pues al tratarse de un reloj de sol de tipo vertical, su cara debería mirar al sur (no hacia el oriente como ahora) y su desaparecido estilete o gnomon (la varilla que proyecta las horas) debería orientarse de norte a sur. Esto lleva a pensar que se le desplazó de su sitio original para colocarlo ahí, donde ya no tenía utilidad, en alguna de las remodelaciones al templo en cierta época en la que los relojes de maquinaria eran ya de uso más común.
El reloj de sol, muy pequeño pues ni siquiera alcanza la altura de la peana tras la que se esconde, está labrado rústicamente en cantera y lo forman tres secciones: una base o pedestal curvo, un cuerpo intermedio cuadrangular, y el reloj propiamente dicho, que parece un eco de la base curva, pero con el trazo tronco-cónico desbastado para proporcionar una mayor proyección a la sombra del gnomon (que, como dije arriba, ya no existe). En el arco invertido del frente están incisas las marcas de las horas, pero a simple vista no se distinguen los números. Es muy difícil precisar la época en que fue construido, pero me atrevo a suponer que es posterior a 1789, cuando se construyó el reloj de sol de la parroquia de Aculco, ya que es probable que sus constructores lo tomaran como modelo.
El reloj de sol de San Lucas Totolmaloya, aunque ya sin uso, medio escondido y carente de la monumentalidad de otros relojes aculquenses, es sin embargo una pieza estimable, un importante vestigio de su historia que afortunadamente se conserva.
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