Coronando la elaborada composición barroca que despliega la fachada de la parroquia de Aculco, se encuentra un relieve que es quizá la obra de mayor importancia artística de este pueblo, trascendental incluso como muestra de un patriotismo naciente entre los habitantes de la entonces Nueva España. Se trata de una obra que muestra los “desposorios místicos de Santa Rosa de Lima”, es decir, el momento en el que esta santa peruana -en uno de sus éxtasis- recibe la petición del Niño Jesús de convertirse en su esposa y ella accede. Seguramente fue labrado hacia 1701 cuando se concluían las obras de esta fachada.
El relieve dibujado de manera muy esquemática en una acuarela del año 1838
Vista del remate de la fachada, en el que ocupa el sitio principal el relieve de los Desposorios Místicos
Rosa de Santa María fue canonizada en 1671 (apenas treinta años antes de la probable elaboración del relieve aculquense) y, al tratarse de la primera santa del continente, su culto y popularidad se propagaron rápidamente en todos los ámbitos de la América hispánica como expresión del criollismo (es decir un vago nacionalismo) que terminaría por desembocar casi un siglo y medio después en la efectiva independencia de las antiguas colonias españolas.
Sobre la obra y su contexto, fue la historiadora de arte Elisa Vargas Lugo la primera en interesarse y profundizar en su ensayo titulado “la Vicaría de Aculco” (recordemos que comenzó a ser parroquia en 1759) publicado en el número 22 de los Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM en 1954, y que en su versión íntegra se puede consultar aquí. Aunque el texto de Vargas Lugo contiene varios errores de apreciación respecto al conjunto parroquial aculquense -que ya hemos comentado en otros momentos en este blog- lo cierto es que la parte correspondiente al relieve de los desposorios no ha sido superado todavía por ningún estudio mejor. Por ello copio a continuación algunos de sus párrafos que nos ayudarán a comprender mejor la obra y su importancia:
Fotografía del relieve como estaba en 1954 incluida en el ensayo de EVL
"El relieve... es la obra de máximo interés en la vicaría de Aculco, no sólo por su calidad escultórica sino por el contenido de su tema y concepción: no es nada más un simple pasaje religioso sino que es expresión viva propia y significativa del ser criollo, que en esos años buscaba expresarse en alguna forma para tratar de afirmarse históricamente. Esta obra representa una escena de la vida de Santa Rosa de Lima, santa criolla peruana terciaria de la orden dominicana, en el momento en que el Niño Jesús durante una de las numerosas apariciones con que según sus biógrafos favoreció a la santa le pide que sea su esposa y ésta extasiada le responde Tu esclava soy Señor mi Jesús.
La pintura de Nicolás Correa con el mismo tema del relieve aculquense a la que se refiere Elisa Vargas Lugo
"Iconográficamente el relieve está en estrecha relación con la preciosa pintura de Nicolás Correa de 1691... Aunque en Aculco existan más personajes en la composición, la Virgen, Santa Rosa y los ángeles son los mismos del cuadro de Correa. Nótese por ejemplo la forma en que están colocadas las cabecitas de los querubines a los pies de la Virgen: en la pintura, el del centro está boca arriba y la misma actitud tiene el mismo querubín en el relieve. Igual apreciación puede hacerse sobre la posición que guardan las manos de la Virgen de la Santa y del Niño en ambas obras. Además, las palabras que en relieve salen de la boca de Santa Rosa son las que aparecen también en el escudo cargado por dos ángeles en la pintura: ANCILLA TVA SVM DOMINE MI IESV que quiere decir: TU ESCLAVA SOY MI SEÑOR JESÚS, si bien en Aculco les salió sobrando una M al escribir la palabra DOMINE, lo cual es prueba de que se trata de una copia trabajada por artistas ignorantes que no entendían lo que copiaban y que seguramente eran indígenas otomíes.
El tema central de la obra: La Virgen, el Niño y Santa Rosa de Lima
"Finalmente hay que referirse a los personajes que fueron agregados en el relieve a la composición central que hemos comparado con la pintura de Correa. A pesar de su tema, como hemos visto muy criollo dadas las circunstancias, no pasa de ser un pasaje devoto simplemente, si bien de mucho valor pictórico. Es una pleitesía religiosa a la nueva santa americana. Sin embargo en Aculco se va más allá de esto. Se profundiza en el tema religioso y se traspasa combinándolo con lo nacional, como veremos.
El Padre Eterno
"En primer lugar, además de la Virgen y de la santa que son el tema original se encuentra presente la Santísima Trinidad formada por el Padre Eterno -que tanto nos recuerda las representaciones del XVI- en la cúspide del relieve: el Espíritu Santo, en su característica representación de paloma al centro del relieve, y el Niño Dios en el regazo de la Madre. Es decir, que se quiso exaltar el valor religioso de la santa criolla incluyendo la más alta concepción teológica del catolicismo. Qué otro sentido puede tener sino éste el conectar un concepto puramente teológico con una escena pasajera de la vida de una santa.
El indio que representa a México
"Por otra parte, aparece en el lado inferior izquierdo del conjunto un indio arrodillado que por la M que lleva grabado en su escudo es símbolo de México. Dicho sea de paso, es también característico del siglo XVII, otra prueba más de la época a la que pertenece la obra que hemos estudiado el representar a México o América en la figura de un indio vestido como el que está en el relieve, con faldilla corta, penacho de plumas y carcaj al hombro... La presencia simbólica de México devotamente arrodillado a los pies no sólo de la Virgen sino también de la santa significa la total aceptación por este pueblo del culto a Santa Rosa... El relieve es además de su alto e innegable valor artístico una obra de mayor y más profunda significación histórica... Es el reconocimiento de su valor como propiamente americano y por ende, en aquellos tiempos de incipiente y subconsciente nacionalismo, también mexicano. Es la identificación del criollismo mexicano con el peruano: la fraternización americana en contraposición a España, expresada en formas artísticas religiosas que siempre han sido adecuadas para acoger todo tipo de sentimientos aun los nacionalistas".
Sólo debemos agregar a lo escrito por Elisa Vargas Lugo tres cosas. La primera, que para ella pasó desapercibido un símbolo más, pleno también de significado: sobre la M puede percibirse una estrella incisa, figura que en la emblemática de la época representaba la evangelización de América, pero también a Santa Rosa de Lima y aún al otro y mayor baluarte del criollismo americano: la Virgen de Guadalupe. Así queda de manifiesto, por ejemplo, en el título de la obra La estrella del norte de México aparecida al rayar el día de la luz evangélica en este Nuevo Mundo de Francisco de Florencia (referente a las apariciones de la Virgen de Guadalupe y publicada en 1688), y también en Astro brillante en el Nuevo Mundo, biografía de Santa Rosa escrita por Leonarda Gil de Gama y publicada en Manila en 1755. En cualquiera de estas interpretaciones, la estrella refuerza el sentido americanista, criollo y proto-nacionalista del relieve de Aculco. Ahora bien, este símbolo pudo haberse tomado "prestado", no sólo en el caso aculquense sino en otras imágenes de Santa Rosa, del escudo de armas de Lima (la Ciudad de los Reyes), donde representa la Estrella de Belén que guió a los Reyes Magos.
Portadilla de Astro brillante en el Nuevo Mundo
Grabado de Santa Rosa de Lima en Astro brillante en el Nuevo Mundo. Obsérvese la estrella en el escudo de la parte inferior, como símbolo ligado a la santa peruana, sobre lo que podría ser una interpretación del escudo de armas de la ciudad de Manila.
La segunda cosa a mencionar es que, si bien el cuadro de Nicolás Correa guarda innegables semejanzas con el relieve aculquense que ciertamente hacen pensar en un mismo origen, seguramente un grabado como supone la propia autora del ensayo, existen otras obras pictóricas aún más cercanas a la que existe en Aculco. Tal es el caso del óleo de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en Cantillana, Sevilla, de autor desconocido, que mostramos a continuación:
Los Desposorios de Santa Rosa en un óleo anónimo de la de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en Cantillana, Sevilla
Como puede observarse, este óleo, además de compartir con el relieve los detalles que EVL señaló en el cuadro de Nicolás Corrrea, posee algunos otros más como son el ángtel que porta la guirnalda, el reclinatorio sobre el que se apoya Santa Rosa, la filacteria sostenida por ángeles y la actitud orante del que se encuentra, entre ellos, en la parte superior, y la paloma del Espíritu Santo. De tal manera, se puede asegurar que el grabado origen de estas representaciones debió ser más cercano a la escultura de Aculco que al óleo de Correa.
Santa Rosa de Lima, grabado de 1711. Nótese el escudo de la ciudad de Lima, con las tres coronas de los Santos Reyes y la Estrella de Belén, que en el grabado anterior y en la obra aculquense deviene en símbolo de la santa.
La tercera cuestión concierne únicamente a señalar que existen otros ejemplos de la presencia de representaciones de indígenas en las imágenes de Santa Rosa de Lima. Es el caso de la estampa que mostramos aquí, de 1711, en la que aparece una mujer arrodillada que simboliza a América.
 
ACTUALIZACIÓN, 11 de septiembre de 2014:
Recientemente me he enterado de que existe un óleo de los desposorios místicos de Santa Rosa de Lima en el templo de santo Domingo, en Puebla, que comparte muchos de los rasgos iconográficos del relieve con el mismo tema que se encuentra en Aculco y también con el cuadro de Cantillana del que hablé arriba. Pero aún más: a diferencia del óleo sevillano y a semejanza del relieve aculquense, se observa a su izquierda un indio arrodillado que incluso lleva también un escudo. En él se ven las coronas y la estrella de Belén que corresponden a la ciudad de los Reyes de Lima. Esto refuerza la idea de que, en el escudo del indio de Aculco, la M es un reemplazo para indicar a otra ciudad y otro reino -el de México- y la estrella una supervivencia que se conservó del modelo original. La M, pues, no correspondería a un símbolo Mariano, como han sugerido algunos.
Unas verdaderas joyas de arte religiosas con todo un simbolismo cristiano
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