Sillón frailero, modificado, que existe en la notaría de la parroquia de Aculco.
Aunque de antecedentes italianos, el "sillón frailero" es un mueble típicamente español originado durante el Renacimiento, que naturalmente pasó a sus posesiones de América y, por supuesto a la Nueva España. Aunque su uso no fue exclusivo de los conventos, parece ser que sí abundó en ellos y por ello recibe esa denominación. Los primeros ejemplares españoles del siglo XVI eran relativamente pequeños, pues no pasaban de un metro de altura, y su respaldo era más bajo que los modelos italianos.
Con mucha frecuencia, los asientos y respaldos de lo sillones fraileros eran de cuero e iban sujetos con clavos de hierro, latón o bronce, pero esto no es una regla: existen ejemplares lujosísimos con asientos y respaldos acojinados y bordados en seda. Lo que realmente define al sillón frailero es su estructura: son muebles de aspecto ancho, chaparro y sólido, formados por maderos rectos (excepto, a veces, en las prolongaciones de las patas traseras que sostienen en respaldo, ligeramente inclinadas hacia atrás), con chambranas que unen sus patas al nivel del piso o ligeramente más arriba, respaldo estrecho que corre a la mitad de la espalda, brazos rectos apoyados en la prolongación de las patas delanteras, a veces lo suficientemente anchos como para colocar un plato o una taza. "Otra de las características de los fraileros -escribe Luis M. Feduchi- son las chambranas delanteras, con motivos renacentistas de cartelas, tableros tallados o cintas entrelazadas" (Luis M. Feduchi: Antología de la silla española, Madrid, A. Aguado, 1957, pág. 22)
Hace muchos años alguien me comentó que en la parroquia de Aculco existían dos de estos sillones fraileros. Al recorrer el templo, la sacristía y los aposentos del antiguo convento yo sólo había llegado a observar un par de sillones, bastante elegantes, de brazos curvos y muy probablemente del siglo XIX, sin duda interesantes pero de ningún modo clasificables como fraileros. Por ello, di por hecho que la persona que me había informado de su existencia simplemente se había equivocado.
El par de sillones fraileros en la notaría de la parroquia de Aculco.
Pero no es así: Hace algunas semanas observé que la notaría parroquial había sido trasladada al sitio aledaño a la portería del covento en el que antiguamente estuvo situado el bautisterio y que después se convirtió en habitación de los párrocos. Con curiosidad me asomé al interior para ver la nueva distribución y mi sorpresa fue grande al descubrir ahí el par de fraileros de los que me habían hablado antes.
Como se puede ver en la fotografía, estos muebles han sido muy restaurados, rectocados, repintados y, al parecer, hasta reconstruidos en algunas de sus partes. Esto es particularmente notable en los respaldos, cuyas tablillas verticales, de madera de menor calidad, se hallan fijadas con clavos de manera muy poco habilidosa. Incluso el calado mixtilíneo que sobre el respaldo muestra una sola de las sillas no parece ser original. Lo mismo puede decirse del asiento en vinil azul.
En cambio, la estructura de las patas y brazos sí es auténtica. Así lo demuestra el hermoso relieve en la chambrana delantera que tienen las dos sillas, y los brazos: curvados "ergonómicamente", diríamos ahora, y no rectos como en un frailero tradicional, pero anchos como en éstos y bellamente moldurados.
Detalle de la chambrana delantera de uno de los sillones, labrada con motivos barrocos.
Hay noticia de la presencia de otros sillones fraileros en casas particulares en Aculco, pero el único del que puedo asegurar que existió desapareció hace muchos años, después de estar expuesto a la intemperie. En cambio, subsiste un sillón frailero en muy buen estado de conservación y con su estructura íntegramente conservada en la sacristía de la capilla del pueblo de San Pedro Denxi, en la jurisdicción de Aculco.
Sillón frailero en la sacristía de la capilla de San Pedro Denxi.
Como se observa en la fotografía, este sillón cumple mejor con las características formales de los fraileros. La chambrana delantera está también decorada, aunque de una manera muy austera, lo mismo que los remates tras el respaldo. Aún así, es un bello ejemplo de un tipo de mueble que debió ser común en la zona de Aculco en los tiempos coloniales y que, junto con el par de la parroquia, es uno de los pocos entre los que que subsisten en el municipio que podemos clasificar sin gran duda como auténticamente coloniales.
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