La obra de Luis Ortiz Macedo, "Ernesto Icaza, el charro pintor", que hasta aquí nos ha servido de guía para enumerar las pinturas murales de Ernesto Icaza en la hacienda de Cofradía, a los que hemos dedicado ya cinco textos en este blog, omite desafortunadamente tres de ellas. Es por ello que, de modo más arbitrario, hemos numerado éstos murales del 9 al 11.
Mural 9
Esta pintura fue incluida por Xavier Moyssén en su ensayo publicado en los Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas en 1964 bajo el título "El ganado en los potreros". No aparecen en ella personajes humanos ni caballos, sino sólo un grupo disperso de doce toros, de pintas muy diversas, en una pequeña llanada.
Precisamente por esas razones podría considerársele par del mural 2, que presenta un grupo de caballos solos en un paisaje semejante.
Sin embargo, existen otras coincidencias: Una de ellas es la presencia de un toro muy parecido al que aquí, en primer plano, domina la escena, en el mural 6, como puede observarse en las siguientes fotografías.
Detalle mural 9
Detalle mural 6
Aunque el parecido es menor, el par de toros echados del mural 9 tienen también eco en el mural 6, si bien pintados con el descuido del que ya hemos hablado antes.
Detalle mural 9
Detalle mural 6
Mural 10
El mural 10 tiene concidencias con el mural 1 en cuanto a sus dimensiones, calidad, colorido y temática, por lo que se puede considerar pareja suya y realizado en la misma época. En él aparecen diez personajes, trece caballos y una manada de más de treinta toros. En un primer plano, ocupando la mitad izquierda de la obra, un charro identificable como "el patrón" montado en un caballo colorado pico blanco, unalbo trasero de la buena, da órdenes con el brazo extendido a un empleado que respetuosamente se ha quitado el sombrero. Este fragmento, en realidad, es uno de los que Icaza reprodujo en más ocasiones, como se puede ver en la siguiente comparación con la obra titulada "Córtame al toro pinto", ejecutada en 1912:
Mural 10 de Cofradía.
"Córtame al toro pinto", óleo de 1912.
Un tanto retrasado, otro charro montado detiene del cabestro a un caballo sin jinete. Al fondo cuatro cabalgaduras descansan junto al muro de piedra, mientras un charro pone una rodilla en tierra, sin que se alcance a advertir el motivo.
La mitad derecha del cuadro está dominada por la manada de toros, de todas las pintas imaginables, arreados por cuatro jinetes sobre caballos alazán, tordillo, colorado y pinto alazán. El más notable de ellos es quizá el que monta un potro colorado unalbo trasero de la mala que lleva una anquera, lo que puede indicar que está siendo amansado, aunque no es posible advertir en las fotografías si lleva rienda falsa o doble rienda, como debería ser en ese caso.
Un quinto jinete en esta zona del mural parece apartarse de quienes arrean la manada y acercarse al patrón. Lleva la mano izquierda con la reata enrollada y extrañamente la rienda la porta en la diestra. Su hermoso caballo entero, adornado con un gargantón, es de un color difícil de precisar, tal vez sabino muy claro aunque en el anca lleva las motas características de un güinduri.
El libro de Ortiz Macedo no reproduce este mural y el texto de Xavier Moyssén incluye sólo la mitad izquierda. Desafortunadamente, las fotografías que amablemente nos prestó el Dr. Jorge Girault corresponden sólo a la mitad derecha, por lo que nos hemos visto precisados a hacer un montaje para que nuestros lectores puedan apreciar el efecto de conjunto de este bello mural.
Mural 11
Tanto Xavier Moyssén como Luis Ortiz Macedo evitaron mostrar este mural en sus respectivas obras. Sin embargo, es el único de los murales reproducido en el número "Haciendas mexicanas" de la revista Artes de México, publicado en 1966. Estéticamente es quizá el menos atractivo de todos, pues los personajes humanos, en los que el pincel de Ernesto Icaza era menos apto, aparecen retratados en gran escala mostrando en igual medida los defectos de su autor. Las cabalgaduras no están tampoco entre las mejores ejecutadas por el charro pintor, aún cuando el detalle con el que fueron realizados sus arreos compensa un poco el efecto general.
En lo que respecta a su temática, éste mural es el más intrigante de todos: ocho charros montados y a galope tendido son guiados por una mujer que, erguida y empuñando un sable, galope al frente. Esta dama monta a mujeriegas un caballo colorado, lucero, unalbo de la buena, ensillado con una montura piteada. Porta esta mujer un traje de charra y he ahí uno de los misterios de la obra, pues es cosa conocida y aceptada que ese atuendo fue ideado y hasta 1937 por el famoso charro jalisciense Filemón Lepe para su hija Rosita Lepe, pues las mujeres charras hasta entonces usaban simples vestidos de ranchera o de china poblana. Icaza, autor de este mural, habría muerto según diversas versiones en 1926 ó en 1935, antes en todo caso de la invención del "traje de charra". Luego entonces, ¿existieron modelos de "traje de charra" anteriores al diseñado por Lepe? ¿O murió Icaza después de su invención y alcanzó a retratarlo? ¿o no se trata de un "traje de charra", sino un atuendo híbrido de falda larga de montar inglesa con chaqueta corta charra? ¿o tal vez este mural es falso y no se trata de un Icaza?
Pero además, ¿de quién se trata? ¿Qué mujer con aire guerrero reproduce esta obra? ¿"Juana Gallo" como la llaman algunos? ¿La "guerrillera" como se refieren otros a ella? ¿Es acaso la famosa "Carambada", queretana de la época de la Reforma conocida también por estos lares?
Son cuestiones imposibles de responder hasta ahora. Pero queda aquí esta obra como prueba de que las pinturas murales de Ernesto Icaza en cofradía guardan todavía muchos misterios por resolver.
Sugiero un artículo sobre la Carambada, yo no sé nada de ella.
ResponderEliminarSaludos
Buenos días, me gusta mucho su blog y los artículos que en él escribe.
ResponderEliminarDesde chico soy aficionado a la pintura de Ernesto Icaza y yo mismo dibujo bastante bien, lo cual me permite ser un buen observador y distinguir y reconocer bien el estilo del charro pintor.
Es la primera vez que veo el cuadro de la guerrillera y me llamaron mucho la atención los detalles que usted menciona.
A mi parecer ese cuadro ha sido retocado y la mujer y su vestimenta no fueron hechos por él.
He aquí mi opinión (que concuerda con muchos de sus puntos de vista):
-Icaza era muy cuidadoso en las proporciones de los caballos, y ese caballo, salvo por la cara, esta muy mal proporcinado.
-nunca ponía mucha atención a los sombreros, los cuales pintaba sin mucho detalle, por lo que es raro ver un sombrero con un bordado (tan de fantasía, casi rayando en sombrero de "aeropuerto") y más aún, con las pedradas marcadas.
-la proporción y perspectiva del brazo derecho esta muy mal hecho, cosa muy rara en Icaza, incluso conociendo que no se esmeraba mucho en las figuras humanas.
-la falda esta pésimamente pintada, como por otra mano no muy hábil en pintura. Icaza sabía pintar la tela lo suficientemente bien como para no hacer un trabajo de ese tipo.
-la silla tiene errores, pues parece que: o ella va sentada casi encima del sarape o la distancia entre la teja y el final del basto trasero es casi inexistente, un error casi imposible en Icaza. (creo que en ese tiempo las albardas charras todavía no se habían inventado, así que debería de ser una albarda inglesa...puede que me equivoque)
-la postura de la mujer esta equivocada, deberíamos ver parte del pie derecho.
-quiza lo deslavado del mural arriba de la mano derecha es debido a los retoques al añadir esta figura.
Lo felicito por su trabajo y por su amor a nuestra historia y tradiciones.
Eduardo Jiménez Aguirre
Hola Eduardo, muchas gracias por tu comentario. Siempre da gusto recibir aquí a personas entendidas. Coincido plenamente con lo que dices: creo que es muy probable que en lugar de la figura de la mujer haya existido otra originalmente y pienso que posiblemente el caballo resultó "engordado" también como efecto de ese cambio. En efecto, la albarda charra se inventó igualmente hasta la década de 1930, pero como no se alcanza a ver la cabeza o los cuernos no se puede asegurar el error cronológico. Otro detalle: la chaquetilla de la mujer, demasiado adornada como el sombrero, es parecida a la del uniforme de los rurales, y si sumamos esto al sable que lleva, quizá podemos imaginar que la figura original era justamente la de un rural. Es sólo una teoría.
EliminarPor el crontrario, los charros del grupo de la derecha lucen todos muy al estilo de Icaza en sus arreos, posturas y vestimenta, ésos sí parecen originales.
Gracias nuevamente por tu mensaje.