Debo reconocer que llegué a la hacienda de Ñadó cargado de prejuicios contra su restauración (realizada en los años 90) y salí de ella convencido de que, sin dejar de creer que algunos criterios aplicados son discutibles, el resultado es magnífico. Quizá el mejor ejemplo de restauración de un inmueble histórico en Aculco, junto con la Casa del Padre José Canal.
Van aquí las fotos y comparaciones entre lo que fue y lo que es.
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