La casa donde se encuentra la Tortillería Aculco, primera y durante muchos años única tortilladora mecánica del pueblo, se levanta en el centro de Aculco en la esquina que forman las calles de Manuel del Mazo y Allende. En el siglo XIX se encontraba ahí mismo la tienda Las Tres Naciones, que perteneció a don Ignacio Zaballa. La construcción original sufrió de mutilaciones en su sección sur y algunos agregados lamentables. Pero la parte principal de la casa, que es justamente la que forma la esquina, se ha mantenido con suficiente dignidad a lo largo de los años, con sus tres portadas de cantera hacia Manuel del Mazo y su gran acceso principal con portón de madera sobre Allende.
El pasado fin de semana pude constatar la reparación que el dueño de esta propiedad hizo recientemente a las fachadas del inmueble. Por el oriente la intervención es muy sencilla, pues simplemente se limpiaron las portadas de cantera que enmarcan la entrada a las accesorias. El agregado mayor es un tejadillo sobre ménsulas de hierro que alivia un poco la austeridad de esta fachada. Hay que señalar que un tejado parecido existió ahí hace muchos años, aunque era bastante más amplio, por lo que no puede calificarse como un invento, sino la atinada recuperación de un elemento original desaparecido.
Por el lado de la calle Allende, que era la más deteriorada, los cambios son más importantes: la cantera de la ventana rectangular baja y de la gran portada en arco de su acceso principal fueron limpiadas y hoy lucen en excelente estado. La ventanita cuadrangular en alto, que fue mutilada hace varias décadas por la colocación de un castillo de concreto en una intervención de emergencia, fue reparada cosméticamente en su dintel y convenientemente tapiada. En lo alto, en un agregado que lamentablemente sobresale del paramento y todavía conserva su fealdad de obra negra, se colocaron algunos bonitos canales de cantera. Pero lo más interesante de todo es la aparición y puesta en valor de un par de entradas tapiadas de gran antigüedad.
Las portadas que enmarcan estos accesos tapiados están sencillamente labradas en piedra blanca, al modo aculquense más elemental y tradicional. De distintas dimensiones y sin intenciones ornamentales, sino puramente utilitarias, formaban parte muy posiblemente de la primera etapa constructiva de esa casa, que por la información que enseguida les presentaré corresponde a principios del siglo XVIII. Posiblemente se les tapió a fines del siglo XIX y principios del XX, cuando ocurrió la remodelación que hoy vemos reflejada en los marcos de cantera rosa de otros de los vanos.
Y aquí es donde viene la mayor sorpresa. La portada situada más al oriente resulta un verdadero documento de la historia arquitectónica de Aculco pues, a pesar de que no se trataba de un acceso lujoso ni significativo, su constructor decidió tallar en su dintel una inscripción que ahora podemos volver a leer, aunque sea fragmentariamente: "... esta casa el 26 de ... del año de 1721".
Es necesario por supuesto tomar mejores fotografías para comprender mejor esta inscripción (que quizá incluso se prolongaba más allá de los límites del dintel), pero ya espero tener la oportunidad de hacerlo más adelante. Por ahora, lo importante es darles a conocer este feliz hallazgo que es sin duda una aportación al patrimonio histórico y arquitectónico de nuestro pueblo. Quiero felicitar desde aquí al dueño de la casa, que inteligentemente decidió que ese par de portadas se conservaran a la vista contándonos algo más de la historia del inmueble.