Esta vista de Plaza Juárez con su tianguis forma parte de una serie muy interesante de fotografías que muestran distintos aspectos del pueblo de Aculco, que se puede ubicar entre las más antiguas que retratan el lugar. Las he podido fechar entre 1901 y 1903 gracias a un par de detalles en ellas: por una parte, en una de las fotos se advierte ya colocada la placa que conmemora el cambio del siglo XIX al XX que se encuentra en la base de la torre de la parroquia, lo que indica que la serie no puede ser anterior a 1901. Por otra parte, en otra de las vistas no se observa todavía la torre del reloj público que empezó a construirse en 1903, lo que nos lleva a pensar que son necesariamente anteriores a ese año. Existen dos copias antiguas de esta serie fotográfica: una que perteneció a don Juan Lara Mondragón y otra que estuvo en manos de don Manuel Arciniega Basurto. En los dos casos esa serie está formada por las mismas cinco imágenes.
Desde mucho tiempo atrás, quizá desde los mismos orígenes del pueblo, la Plaza Juárez sirvió para ubicar el mercado o tianguis que se celebraba tradicionalmente los domingos. Por eso mismo este espacio, que originalmente llevó el nombre de Plaza de la Cruz, se llamó posteriormente Plaza del Baratillo, aludiendo con ello seguramente al Baratillo de la Ciudad de México, es de decir, al espacio de la Plaza Mayor destinado al comercio de artículos viejos y usados o de poca calidad que contrastaba con las ricas tiendas del Parián, los "cajones" del Portal de Mercaderes y las fruterías y verdulerías de la Plaza del Volador. La Plaza del Baratillo aculquense cambió de denominación en 1890 para llamarse Plaza Hidalgo, pero este título por alguna extraña razón no prosperó y al cabo terminó por adoptar el nombre de Plaza Juárez, que sigue llevando hoy en día.
No deja de ser curioso que el mercado se ubicara en esta plaza y no en la Plaza Mayor de Aculco, espacio bastante más extenso. Supongo que la propia topografía del pueblo fue la que propició esta situación, ya que como se puede ver en la imagen la Plaza Juárez es llana y nivelada, mientras que la Plaza de la Constitución (nombre que desde 1813 lleva la Plaza Mayor) tiene un acusado desnivel cuya incomodidad se acentuaba por la erosión que provocaba el agua en el suelo de piedra desnuda. El tianguis continuó celebrándose en el lugar por muchas décadas más y con el tiempo se extendió por banquetas, portales y plazas del centro del pueblo. La atinada decisión de construir en 1978 un nuevo mercado a las orillas de Aculco terminó con la tradición, si bien esto benefició el tránsito y la limpieza.
Pero vayamos a la fotografía. La imagen está tomada mirando hacia el poniente y retrata cerca de dos terceras partes de la superficie de la plaza. Por la perspectiva un tanto elevada, se puede concluir que el fotógrafo se apostó muy probablemente en la azotea de la casa de la calle Juárez no 2. Se observa en ella quizá un centenar de personas -hombres, mujeres y niños- y un perro, lo mismo comprando que vendiendo o simplemente "estando", conformando todos una imagen variada con muchos detalles que sólo se van descubriendo poco a poco, con el examen cuidadoso de la escena. La plaza en sí misma aparece como un rectángulo limitado por las bancas (que en el pueblo llamaban "lunetas") y eucaliptos en sus costados norte y sur. El piso estaba formado por un empedrado que formaba veredas perimetrales y otras que se cruzaban al centro formando una estrella. Justo en medio se levantaba un exiguo farolillo. Al fondo se observa el portal de la Casa del Volcán, que antes de la construcción de la fuente que ahora cierra la vista formaba conjunto con esta plaza. A la izquierda asoma a la plaza un balcón de la desaparecida Casa de Ñadó. Por encima de los tejados de la Casa del Volcán se distinguen algunas otras casas del pueblo y, a lo lejos, la silueta del cerro del Tixhiñú. Por la proyección de las sombras se puede intuir que se trata de una soleada mañana -casi el mediodía- de un mes del invierno.
Veanos ahora algunos detalles de la fotografía.