Inútil sello de suspensión del INAH en la puerta del corral de la casa.
De la casa que perteneció a la familia Alcántara Terreros, situada en la esquina de la Plaza Juárez y la calle del mismo nombre, hemos hablado en este blog varias veces: la primera, para hablar de los curiosos remates barrocos que tuvieron algunos de sus balcones, perdidos durante la remodelación de 1974; la segunda, cuando el inmueble fue puesto en venta y se extendió el rumor de que el Ayuntamiento la compraría para convertirla en "Museo Bicentenario"; la tercera, al hablar sobre la Plaza Juárez, hacia la cual despliega su fachada principal; la cuarta, en un artículo sobre puertas y portones de Aculco, ya que el suyo es el más importante que subsiste en la arquitectura civil; la quinta cuando supimos que había sido un particular quien la había adquirido.
Ahora nos referiremos una vez más a ella, pero para comentar su desastrosa transformación, que debe contarse entre las que más han dañado el patrimonio arquitectónico aculquense en los últimos años.
Quizá lo peor del caso es que, al comentar un vecino de Aculco con alguna autoridad municipal lo notoriamente dañina (e ilegal) que resultaba esta remodelación para el patrimonio aculquense, ésta le respondió que con los nuevos dueños de la casa "ni meterse", velada advertencia respaldaba por la presencia ocasional de una patrulla estatal a las puertas del inmueble y que explica por qué el Ayuntamiento se rehusó a detener la obra pese a que rebasa notorialmente el límite de seis metros de altura establecido por el Bando Municipal.
Ante esta situación, levanté en abril de 2010 una denuncia por violaciones a la Ley Federal de Sitios y Monumentos Arqueológicos, Históricos y Artísticos. Más de un mes después, se presentaron los inspectores del INAH y colocaron sellos de suspensión de obra en las puertas del inmueble. Pese a los sellos, las obras continuaron sin pausa y prosiguen hasta el día de hoy, en que ya poco se puede hacer por detener el daño provocado.
Así, pues, lo que perdió a esta casa fue el influyentismo y la corrupción en las autoridades de todos los niveles. ¿De qué tamaño ha sido la pérdida? Enorme: se trataba de una de las casas mejor conservadas de Aculco y el único ejemplo de lo que podríamos llamar "casa rica" al que no se le habían hecho modificaciones importantes. Ahora, ya no queda ninguna casa así en Aculco. Y esta pérdida se dio, casi completamente, cuando Aculco formaba parte ya de la Lista del Patrimonio Mundial.
ACTUALIZACIÓN 24 de octubre de 2011: En este dibujo de 1838 es posible apreciar la casa de los Alcántara Terreros en su estado original. La hornacina, la cruz, los remates y las canales que desaguaban las azoteas desaparecieron hace mucho tiempo.
Al momento de ser puesta en venta, la casa era el ejemplo mejor conservado de "casa rica" en Aculco.
Poco tiempo después de ser adquirida por nuevos propietarios, apareció en la azotea de la casa este castillo de varilla que indicaba la transformación que se iniciaba.
Las obras se fueron desarrollando con sospechoso sigilo, cubriendo incluso la obra negra con pintura inmediatamente después de cada avance que se daba en ella, para hacerla menos notoria. Sin embargo, al alcanzar este grado el INAH se decidió finalmente a intervenir.
Los sellos de suspensión de obra del INAH fueron colocados en la entrada del corral de la casa, hacia la calle Juárez. Esto no detuvo la transformación.
Como se aprecia en esta foto tomada el 21 de agosto de 2011, aún con los sellos de suspensión continúa la obra. Las construcciones de los corrales de esta casa, antiguos y en perfecto estado, desaparecieron ya totalmente.
Nótese en esta fotografía la alteración de los niveles antiguos de la azotea de esta casa, señalados por los canales de piedra. Adviértase también la pésima calidad de la obra moderna, que ni siquiera se molestó en igualar los planos.
Vista de las deplorables obras de la azotea de la casa desde la Plaza Juárez. Nótese la falta de orden y plan en un detalle: la trabe de concreto del lado izquierdo, que aparece concluida en fotos anteriores, está siendo demolida.
Esta columnita de madera con su zapata del mismo material parece anunciar una galería que vendría a transformar aún más la fachada de esta casa. Pero lo que causa alarma es que pueda tratarse de los restos de alguna de las columnas que rodeaban su patio, ¿también habrán sido destruidas?