miércoles, 18 de agosto de 2010
De cómo (no) manipular un documento histórico
El pasado lunes 16 de agosto de 2010 se publicó en el diario Reforma una extensa nota titulada "Marca Hidalgo ruta Edomex" (así la redacción), que se refiere al paso del ejército insurgente del cura de Dolores por diversos puntos de esa entidad en los últimos meses de 1810. En la segunda parte del texto, que se titula "Joya documental", el autor se concentra en la estancia de Hidalgo en Aculco, pero en particular en "descubrir" la existencia de cierto documento del Archivo Histórico Municipal que relata este importante episodio histórico.
Desafortunadamente, desde el inicio de esa sección comienzan los errores, tergiversaciones y hasta mentiras, de las que no debemos culpar al periodista Jorge López, sino más bien al árbol al que se arrimó para obtener la información. En primer lugar tenemos que aclarar que no se trata de un documento inédito como se pretende: su contenido fue publicado por el señor Napoleón Lara Rodríguez en el periódico El Universal en la década de 1960 y después ha sido aprovechado en innumerables ocasiones para la redacción de monografías y microhistorias locales, entre ellas la Monografía Municipal (1987) de Domingo Gaspar Sampayo, la revista México Desconocido en la década de 1980, el libro Aculco histórico, artístico, tradicional y legendario (1996) de Javier Lara Bayón y hasta en el reciente Ñadó, un monte, una hacienda, una historia, del mismo autor. Incluso está por aparecer una cita del mismo en una biografía de Hidalgo escrita por el historiador Carlos Herrejón Peredo que publicará Fomento Cultural Banamex.
Enseguida, el artículo en cuestión afirma que este papel "fue escrito 15 años después del tránsito de los insurrectos, con motivo de la erección del municipio". Por supuesto que no se redactó con ese motivo: se trata de una carta que por razones desconocidas fue transcrita en el libro de Actas de Cabildo, la que fue enviada con la intención de obtener una reducción de impuestos (en particular la eliminación de la alcabala) debido a los méritos y contribuciones de este pueblo durante la Guerra de Independencia. Y luego, agrega Reforma, el "acta" (que no lo es) fue "rescatada en 2009 durante una reunión de cronistas". ¿Rescatada de qué o de quien? Su estado de conservación era muy bueno hasta hace pocos años, y el acervo en el que se encuentra es al que siempre ha pertenecido: el Archivo Histórico Municipal de Aculco, resguardado en la Casa de la Cultura de este pueblo. "Rescatada" del olvido no pudo ser ya que como mencionamos arriba es un documento conocido y ha sido utilizado recurrentemente en multitud de textos. Más bien habrá sido presentada por el cronista municipal y archivista Ediberto Reyes en alguna reunión de cronistas como novedad, sin que en realidad lo sea.
"Lo que considero más importante es que cuenta lo que sufrieron los habitantes del pueblo luego de la derrota de los insurgentes, cuando entró Calleja y los castigó por haber recibido a Hidalgo. Esto a mí me parece lo más interesante porque se trata además de un documento oficial, dictado con el tono de un oficio", afirma el cronista municipal según el diario. Sin duda esa parte es interesante, sobre todo la que se refiere al saqueo del pueblo y que no transcribe el artículo: "barriendo con alhajas, ropa de uso y todo género de muebles, quedando este vecindario en la más deplorable indigencia y miseria". Por lo demás, bastaría leer a uno de los historiadores clásicos de la insurgencia, Carlos María de Bustamante, para tener algunos detalles más del saqueo, incluso el detalle del robo de la custodia de la parroquia. Pero en realidad ese documento contiene más información sobre el sufrimiento de los aculquenses en esos años, sólo que resulta políticamente incorrecto mencionarlo ya que fue a manos de los insurgentes: "Sucesivamente, por el señor Coronel don José Rafael Polo, comandante de tropas nacionales que fue de este Departamento, fue apensionada esta jurisdicción con una contribución mensual muy considerable; y a pesar de la inhabilidad que había para cumplir esta orden por las circunstancias referidas, se puso el mayor afán, exactitud y empeño por contribuir con las cantidades que se impusieron, por emplearse éstas en beneficio de nuestra amada Patria". O más bien porque los jefes insurgentes amenazaban con fusilar a quien no contribuía, como muestran otros documentos. Polo, por cierto, es el "héroe" epónimo del municipio vecino de Polotitlán, disgregado de Aculco hacia 1852.
Sobre el desarrollo de la batalla de Aculco, el cronista-archivista Ediberto Reyes nos regala una joya: "Un cañonazo disparado desde la hacienda de Las Ánimas le voló la cabeza a un jinete de la gente de Hidalgo. El cuerpo del jinete siguió su camino causando espanto entre los insurgentes. Esta escena aterrorizó al resto que se dispersó por las lomas aledañas". El lector quizá quedará sorprendido cuando le digamos que el cronista demuestra no conocer mucho de historia y geografía de Aculco, ya que la tal "hacienda de Las Ánimas" no existe (era una fracción de terreno perteneciente a la hacienda de Arroyozarco) ni en sus terrenos se libró la batalla de Aculco del 7 de noviembre de 1810, como ya lo hemos puntualizado en este blog.
Pero todo esto no tiene en realidad importancia: los detalles históricos del encuentro ya han sido publicados en varios libros respetables y lo serán en otros más, próximamente. El lector interesado en conocerlos puede recurrir a ellos. Pero lo que nos ha disgustado de verdad ha sido ver la forma en que se manipula (no en sentido figurado, sino literal) este libro de Actas de Cabildo por quien lleva tantos años como responsable del Archivo de Aculco. En la foto de Reforma, más notable aún en la que aparece en su versión electrónica, se muestra a Ediberto Reyes sosteniendo tan valioso testimonio de una manera tan incorrecta que parece desconocer todo sobre documentos históricos: extiende con ambas manos el libro de forma vertical para mostrarlo a la cámara, sin cuidarse del maltrato que en esta posición puede sufrir su encuadernación. Lo hace además sin utilizar guantes de algodón, indispensables tratándose de un documento de sus características, importancia y antigüedad. Vamos, que bien se le podría cambiar el documento por un acordeón y casi lo sostendría igual.
No me cabe duda: aunque Ediberto dice haber "rescatado" este documento en 2009, habrá que ir pensando en rescatarlo también de sus manos (sin guantes) antes de que se le deshoje. Sólo esperamos que llegue entero hasta el próximo mes de septiembre, cuando se pretende exhibirlo en la Casa de la Cultura en conmemoración del Bicentenario de la Independencia.
Y como un regalo a nuestros lectores (y una prueba más de que no se trata de un testimonio inédito o desconocido), a continuación una transcripción completa y unas notas históricas sobre el documento.
Narración de la llegada a Aculco de Miguel Hidalgo y sucesos de la Guerra de Independencia. Aculco, 25 de mayo de 1825.
Archivo Histórico Municipal de Aculco. Sección Actas de Cabildo. Caja 1. Exp. 1.
NOTAS:
1. Aunque está en las Actas de Cabildo del Ayuntamiento, pues el documento se elaboró en un cabildo extraordinario del 25 de mayo de 1825, se trata de la trascripción de una carta dirigida a la superioridad para evitar impuestos.
2. Quien firma como secretario, Luis Ronquillo, fue uno de los primeros insurgentes de la zona. Se le incluye en el mismo mes de noviembre de 1810 en que llegó Hidalgo a Aculco entre las dos docenas de aculquenses que seguían al cabercilla Villagrán. Ver Lista dada por el mariscal José de la Cruz. Operaciones de Guerra. Vol. 141, Exps. 1 y 90 AGN.
3. Existen documentos complementarios muy interesantes. Uno es el proceso contra Francisco e Ignacio Basurto y José Francisco Martínez (Criminal. Vol. 25. Exp. 16. AGN), en el que se habla de algunas incidencias durante la estancia de los insurgentes de Hidalgo en Aculco. Otro documento que pudiera tener datos de interés es la Notificación del encargo de la administración de justicia del pueblo de Aculco a Tomás de los Ríos, 10 días antes de tener contacto con los insurgentes. Indiferente Virreinal/ Caja 4840. Expediente 049 (Operaciones de Guerra Caja 4840). AGN.
TRANSCRIPCIÓN
El Ayuntamiento Constitucional del pueblo de San Jerónimo Aculco, en unión del Síndico Procurador del mismo, ante la integridad de V. S. y con el más profundo respeto dice: Que el día 5 de noviembre del año 810, acampó en este pueblo el numeroso ejército americano del Exmo. Señor Don Miguel Hidalgo y Costilla, a quien se recibió con el mayor júbilo y alegría de estos habitantes, no cesando repiques generales a vuelo y salva de cohetes por el espacio de diez horas.
A los tres días se avistaron en este pueblo las tropas del antiguo gobierno y que por nuestra suma desgracia, en el ataque que tuvieron, triunfaron éstas, quedándose aposesionadas de este suelo, quienes sin ninguna caridad ni consideración, verificaron un saqueo general. Barriendo con alhajas, ropa de uso y todo género de muebles, quedando este vecindario en la más deplorable indigencia y miseria.
Sucesivamente, por el señor Coronel don José Rafael Polo, comandante de tropas nacionales que fue de este Departamento, fue apensionada esta jurisdicción con una contribución mensual muy considerable; y a pesar de la inhabilidad que había para cumplir esta orden por las circunstancias referidas, se puso el mayor afán, exactitud y empeño por contribuir con las cantidades que se impusieron, por emplearse éstas en beneficio de nuestra amada Patria. A que se agregan los préstamos continuos y excesivos que exigían los comandantes nacionales que transitaban por este lugar.
Por estos servicios y por estar acampadas estas tropas ya en este pueblo, ya en sus inmediaciones y campo de Ñadó, tuvo que este vecindario por el gobierno opresor, excesivos préstamos y contribuciones, pues estrechados por la fuerza, necesitaron estos vecinos de endrogarse para exhibir con prontitud estas exorbitantes gabelas. Tolerando con gran rigor y crueldad los mayores vituperios y presiones por no adoptar su partido.
En los años 16 y 17 fue rigurosamente compelido este pueblo y su jurisdicción por el Cap. Linares que se hallaba de destacamento en la Hacienda de Arroyozarco para que cada uno diera la cantidad que se le había asignado hasta el completo de 900 pesos con los que se traerían armas para el destacamento de este pueblo, que no se verificó, para lo cual fue necesario sacrificar el honor y los muy cortos intereses que les habían quedado hasta entregar la citada cantidad, temerosos que ejecutara dicho Linares las amenazas que había prometido de pasar por las armas a quien no exhibiera el cupo que bajo su firma estaba mandado. En esta atención y a la vista de los ningunos arbitrios que hay en este pueblo por su suma indigencia, suplican a Vuestra Señoría, se sirva tener la bondad de elevar éste al superior conocimiento del Excelentísimo Señor Gobernador del Estado, a fin de implorar la gracia de que se exonere este vecindario de la contribución directa, lo que es imposible se verifique su cobro por la notoria escasez y miseria, sin embargo de manifestar sus buenos deseos, de que se libre este pueblo de alcabala por el tiempo que V.E. tenga a bien, pues este es el mejor medio de que el comercio facilite arbitrios a sus habitantes para su restablecimiento, pues de lo contrario, se verá en términos precisos de desolación; por lo que se suplica a Vuestra Señoría, en obsequio de la humanidad, darle el giro correspondiente a esta petición, según lo exige su eficacia.
DIOS Y LIBERTAD, En el Juzgado Nacional de Aculco, mayo 25 de 1825.
Miguel de la Cueva – Vicente Zamudio – Salvador García Requejo – Pedro Antonio Polo – Trinidad Osornio – Bibiano García – José Cayetano Chávez – Nicolás López – Cornelio Cruz – Luis Ronquillo – Srio. – RÚBRICAS.
ACTUALIZACIÓN 6 de febrero de 2012:
El recorte del periódico en que fue publicado el documento en cuestión, que nuestro cronista municipal daba por "inédito".