Don Macario Pérez (con el sombrero bajo el brazo), suegro de Francisco I.Madero, fue administrador de la hacienda de Arroyozarco en dos períodos distintos entre 1877 y 1909.
Si bien la detallada descripción de este acontecimiento -publicada en el periódico El Hijo del Trabajo, año VII, no. 285, el 15 de enero de aquel año- está llena de datos interesantes sobre la gente, las costumbres y los edificios que de otra manera se habrían perdido, uno de los detalles que nos han parecido más interesantes se refiere a un pequeño barco que, como veremos más adelante, aunque no se conservó dejó huella de su existencia en otros vestigios materiales que aún existen en Aculco:
"A esta vistosa procesión seguían los carros de transporte, yendo en uno de ellos el bote marino que sirve al propietario de la fábrica para sus paseos a la laguna de su hacienda de Huapango, finca que mide siete leguas de longitud por tres de latitud, con su correspondiente capitán y seis marinos con remos sirviendo de escolta..."
Por el número de sus tripulantes se puede suponer que aquel "bote" de don Macario Pérez Sr. no era poca cosa, aún cuando era impulsado con remos. Y en realidad un vehículo así resultaba muy útil en una propiedad en la que se localizaba, justo al centro de su enorme extensión de 47,000 hectáreas, la mencionada presa de Huapango, que es aún hoy en día el mayor vaso extendido de todo el Estado de México.
Mapa de la zona
Huapango fue en su origen una "laguna hermosa" (como la llamó fray Agustín de Vetancurt a fines del siglo XVII) rodeada por terrenos cenagosos en los que llegaba a hundirse el ganado, que antes de 1602 fue drenada y canalizada por el encomendero Pedro de Quesada. Más tarde, hacia 1715-1716, los jesuitas levantaron al extremo norte de la "sabana de Huapango" una cortina para convertir aquellos terrenos en estanque artificial, lo que provocó el enojo de los habitantes de San Juan del Río pues precisamente en este sitio están las fuentes del Río de San Juan (que se convierte después en el Moctezuma y finalmente en el Pánuco, antes de desembocar en el Golfo de México).
La presa de Huapango
Por la poca pendiente de la zona, quedó inundada una amplísima superficie quizá cercana a las 5,000 hectáreas que en realidad poco benefició a la hacienda, pues las mejores tierras quedaron bajo el agua. La presa, aún con su poca profundidad, es capaz de almacenar hoy en día más de 120 millones de metros cúbicos de agua, aunque lamentablemente nunca llega ya a esos niveles. Es más, en su porción sur, la más cercana a San Andrés Timilpan, se le dividió por la construcción de una nueva cortina que evita que aquella zona quede seca la mayor parte del año. Los terrenos que ya no se inundan se han convertrido en tierras de labor e incluso se han edificado casas, con el riesgo que esto implica no sólo si un buen o mal día el nivel de la presa se elevara, sino también por el riesgo sísmico.
Aún cuando diversas fuentes afirman que la presa alcanza una longitud de hasta 29 kilómetros, lo cierto es que su poco sinuosa figura llegará apenas a los 20, si incluimos también las áreas que en la actualidad ya no se llenan de agua. Resulta aún así una longitud muy respetable y se comprenderá así por qué significaba un enorme obstáculo para alcanzar los ranchos de la hacienda de Arroyozarco que se encontraban en sus riberas oriente y sur: el rancho de Huapango, los aserraderos de Bucio y Cañada de Lobos, etcétera. Por ello no es de extrañarse que don Macario, industrioso y emprendedor como era, decidiera adquirir un navío para recorrer su gran extensión.
El embarcadero de El Azafrán
Decíamos líneas arriba que ha quedado huella material de esta "navegación interna", que aunque particular de la hacienda Arroyozarco servía para vincular de algún modo a los cuatro municipios (Aculco, Acambay, Timilpan y Jilotepec) en que se encontraban sus tierras. Se trata del notable embarcadero de piedra ubicado en la comunidad aculquense de El Azafrán, muy cerca de la cortina de la presa de Huapango. Aunque es muy probable que existan restos de embarcaderos en otros puntos de la gran presa, lo más seguro es que hayan sido edificaciones de menor importancia pues ésta, como veremos enseguida, servía también de cobertizo para resguardar el barco de las inclemencias del clima.
El embarcadero de El Azafrán, situado en una pequeña ensenada en la orilla occidental de la presa, está formado por un par de muros paralelos, ciegos y de mampostería de "piedra maciza", que se extienden desde la orilla hasta unos 25 metros al interior del vaso, en dirección noroeste-sureste, con una separación entre ellos de cerca de cuatro metros. Estos muros no tienen la misma altura, pues el que se encuentra al norte es unos centímetros más alto (alcanza los 3 metros aproximadamente, por unos 2.5 metros del muro sur). Esto, debido a que se apoyaba en ellos una techumbre a un agua con inclinación hacia el sur, de la que no ha quedado resto alguno más que los huecos de sus vigas en los muro, pero que por la poca elevación que debió tener permite presumir que el barco no pudo haber contado con navegación a vela, ya que sus mástiles no habrían podido entrar al cobertizo.
Vista interior del embarcadero
Por su parte interior, se extendían a lo largo de ambos muros un par de banquetas de unos 50 centímetros de ancho, que seguramente servían para abordar la nave. En la sección del embarcadero más cercana a la orilla, parece haber existido algún elemento más, tal vez una portada, un muro en ángulo o tal vez contrafuertes, de los que apenas queda rastro en los cimientos y piedras caídas. No resulta fácil averiguar por las dimensiones del embarcadero el tamaño el barco que albergó, principalmente debido a que las fluctuaciones de altura de la presa posiblemente dejaban fuera del agua en algún momento más de la mitad de su longitud. Aún así, lo más probable es que el navío no fuera mayor a los tres metros de manga y diez de eslora.
Una de las actuales lanchas de pescadores de El Azafrán, junto al antiguo embarcadero
*** Las fotografías del embarcadero de El Azafrán mostradas aquí provienen de la galería de Sitios Turísticos de la página de Aculco en Facebook.
ACTUALIZACIÓN, 14 de diciembre de 2011:
Un artículo del diario El Telégrafo de 1882 proporciona algunos detalles más sobre la "flota" de la hacienda de Arroyozarco en las aguas de la presa de Huapango:
Hay en las aguas de esta laguna un botecito de vapor, una gran canoa de veinticinco varas de largo por tres de ancho, un bote de vela y varias canoas muy útiles para ciertas operaciones del tráfico de la hacienda y que facilitarán el transporte de maderas de los montes que rodean la laguna para la hacienda cuando empiece su explotación.
ACTUALIZACIÓN, 19 de marzo de 2014:
Aquí el detalle de un mapa procedente de la Mapoteca Manuel Orozco y Berra, de principios del siglo XX, que muestra el embarcadero del Azafrán.
Que buen blog y post de aculco sigue asi ya que es un buen pueblo yo voy seguido y me encanta saludos y felicidades por los buenos posts.
ResponderEliminarhttp://vipaculco.blogspot.com/
ResponderEliminarque bueno que aún se conserve el embarcadero del suegro de Francisco I. Madero en el Azafra.
ResponderEliminaryo soy originario de ese bonito lugar
excelente articulo, yo soy orgullosamente de la comunidad de el azafrán y lugares como este, tenemos mas en la comunidad y nos gustaría que vinieran a conocer mas de mi pueblo hermoso
ResponderEliminarAlguien sabrá el numero de contacto de Las delicias de huapango?
ResponderEliminarMuy recientemente este histórico lugar, que en si es un enorme vaso de agua, la laguna de Huapango; el vital liquido se utiliza para fines agrícolas tierras abajo, en estos dias de pandemia, algunas instancias quieren cercar con malla electro soldada donde esta la cortina de dicha presa y rompen con tradiciones y costumbres de los vecinos de San Martìn y de El Azafràn, Los ejidatarios de Timilpan no estan de acuerdo, porque es un bien natural ahora y es un monumento historico que la INAH no quiere reconocer esa trascendencia historica y evitar que la Comisiòn Nacional del Agua impida las servidumbres de paso para que los rancheros de ambos lados de la laguna abreven ahi a sus animales. Creo que como mexiquense, como ejidatario y màs como autoridad del Ejido de San Andrès Timilpan debemos cuidar el agua, las actividades de pesca que ahi se llevan por decadas y en especial respetar los convenios que se firmaron para fines socioeconomicos de lugareños. Es una joya del Estado de Mèxico contar con una de las presas màs grandes de la entidad y conminamos a nuestros gobiernos Nacioanl, estatal y municipal a meter las manos para defender lo que es del pueblo desde su historia y desde hoy su ecologìa.
ResponderEliminarMiguel Lucas Martìnez
Presidente del Consejo de Vigilancia del
Ejido de San Andrès Timilpan Estado de México.