martes, 18 de noviembre de 2008
Insensatez anunciada: la casa de los Lara Mondragón
Además del portal, obra de los años 50, esta fachada tiene pocos destalles notables. Uno de ellos es la portada de acceso, en cantera, con un antiguo portón de madera que perteneció originalmente a la casa de don Juan Lara Alva. Otro detalle es la portada del siglo XVIII en una de sus accesorias, la más occidental.
En el interior, la casa es un excelente ejemplo de vivienda media de Aculco con restos del siglo XVIII, pero predominantemente del XIX. En su gran patio, destaca un hermoso pozo recientemente restaurado. Alrededor, se despliegan los dos corredores en forma de L, a la manera tradicional del pueblo. Los corredores conservan sus pisos originales de ladrillo -lo mismo que todas las habitaciones- y se cubren con un tejado, apoyado en columnas de piedra con capiteles de ladrillo, todo enlucido.
Las habitaciones conservan sus techos de viguería y terrado. La única incorporación moderna es el comedor, construido sobre las antiguas cocinas, en el extremo norte del patio, que desentona un poco del conjunto. Sus corrales, a pesar de las modificaciones recientes, son quizá los más típicos de los que sobreviven en Aculco.
Lamentablemente, esta casa está ya en proceso de segregación, provocada por sus mismos dueños. Seis eran los herederos de esta propiedad y, desatinadamente, decidieron que a cada uno correspondía una angostísima franja de poco más de cuatro metros de una fachada a la otra; es decir, el espacio que hay entre pilar y pilar del portal de la fachada.
Naturalmente, esto no sólo va contra el sentido común -que habría propuesto en todo caso como mejor solución una copropiedad del tipo de condominio horizontal, que permitiría conservar en su disposición como áreas comunes el acceso y el patio, con terrenos con unas dimensiones más aprovechables- sino que va contra la propia ley: el Plan de Desarrollo Urbano Municipal no permite en esta zona del pueblo subdivisiones de terreno menores a ocho metros de frente.
Pero, ¿la ley? Si hemos visto al propio presidente municipal de Aculco violarla impunemente, si es algo que vemos en México entero todos los días, ¿podría impedir la ley esta sinrazón?
Por lo pronto, algunos de los dueños ya han colocado malla ciclónica marcando sus terrenos. Es así como la ambición llevará seguramente en poco tiempo a la destrucción de esta antigua casa.
El portal de la casa, como quedó tras la remodelación de 1974.
Acceso principal de piedra labrada, con portón de principios del siglo XX.
Portada de piedra de la habitación más occidental de la casa. Como se puede observar, fue ensanchado hace muchos años, desplazando para ello la jamba a la derecha.
Vista del patio desde el cubo del zaguán. Obsérvese, ala derecha, el interesante brocal del pozo.
Otra vista del pozo, restaurado recientemente.
Dos vistas de los corredores. Como era tradicional en las casas aculquenses, no rodean totalmente al patio, sino que forman una escuadra.
El corral es una de las partes más interesantes de esta casa. En esta fotografía, de 1996, ya acusaba cierto deterioro. Nótese la gran pila de piedra y, al fondo, la escalera que sube al troje.
Otra vista del corral. En 1980, cuando se encontraba en perfecto estado de conservación, sirvió de locación a la película "La Casa de Bernarda Alba", basada en la obra de Federico García Lorca y dirigida por Gustavo Alatriste.
Fachada posterior de la casa, hacia la calle Corregidora. ¿Cuánto tiempo más conservará esta casa su originalidad, antes de verla partida en pedazos?
sábado, 8 de noviembre de 2008
Arroyozarco, Puerta de Tierra Adentro
Javier Lara Bayón (con la colaboración de Víctor Manuel Lara Bayón) Arroyozarco, puerta de Tierra Adentro Toluca, Instituto Mexiquense de Cultura, 2003 400 pp., ilustraciones y mapas
La hacienda de Arroyozarco llegó a ser a principios del siglo XX la segunda propiedad más extensa del Estado de México, detrás sólo de la legendaria hacienda La Gavia. Pero más que una finca agrícola y ganadera, Arroyozarco fue un complejo económico que llegó a contar con ferrocarril propio, aserraderos, un conjunto de grandes represas... No en vano ya desde fines del siglo XVIII esta posesión fue calificada como "la mejor del reino".
Su situación sobre el viejo Camino Real de Tierra Adentro, justamente a la mitad del trayecto entre las ciudades de México y Querétaro, le atrajo las ventajas económicas del intenso tránsito por esa vía, pero también la convirtió en punto estratégico para las operaciones militares que desde la Guerra de Independencia y hasta el Porfiriato llenaron el siglo XIX mexicano.
A través de las páginas de Arroyozarco, puerta de Tierra Adentro, el lector podrá adentrarse en un rico pasado de más de cuatrocientos años de vida de este latifundio, en el que se engarzan los hechos, las leyendas y la tradición oral.
Arroyozarco, puerta de Tierra Adentro, obtuvo el Premio Banamex "Atanasio G. Saravia" de Historia Regional Mexicana 1998-1999, en la categoría de investigaciones no académicas.
lunes, 3 de noviembre de 2008
Las banquetas de Javier Venancio
Pero, ¿y Aculco..? Pues todo lo contrario: ahora que el Ing. Javier Venancio cuenta con abundantes recursos para "arreglar" las aceras del pueblo, lo que hemos visto es que los aplica para volverlas intransitables. Véase si no el caso de la Calle de Morelos, en particular el tramo comprendido entre Matamoros y Comonfort. Ésta banqueta, anteriormente de un ancho que la hacía bastante transitable, es ahora una tripa por la que no cabe más que una persona. Y eso, haciendo esfuerzos por pasar de costado en algunos puntos, como aquellos en los que existe un poste o donde ha sido colocado uno de los simpáticos e inadecuados arbustitos plantados por la administración municipal.
Así lucían hasta hace algunos meses las banquetas de la Calle Morelos, con una anchura adecuada para el tránsito peatonal.
Así lucen ahora las renovadas banquetas. Obsérvese la disminución de anchura, la colocación de arbustos que más parecen trampas para el peatón y el extraño borde, totalmente inadecuado para un sitio con las acaracterísticas urbanas de Aculco.
Por lo que se ve, don Venancio aspira a atraer un turismo que pase en su automóvil rápidamente por el pueblo y, sin poderlo recorrer a pie, continúe su camino como llegó. Y lo peor es que ya está comenzando a aplicar la misma receta en la calle Manuel del Mazo, que, por cierto, está siendo totalmente empedrada, lo que sí reconocemos y celebramos.